Durante el Jubileo de los Gobernantes, el Secretario de Estado de la Santa Sede interviene en el encuentro sobre la deuda ecológica organizado el sábado 21 de junio en el Capitolio de Roma.
Federico Piana – Ciudad del Vaticano
“Lamentablemente, debemos reconocer que el preocupante contexto histórico actual está marcado por demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo al diferente, y por un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”. Con esta cita tomada de la homilía de la misa de inicio de pontificado de León XIV, el cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, comenzó su discurso pronunciado el sábado 21 de junio durante el encuentro sobre el tema de la “Deuda ecológica”, celebrado en Roma en el marco del Jubileo de los gobernantes y administradores.
Ante una nutrida audiencia de representantes de gobiernos extranjeros y administradores locales italianos reunidos en el “Aula Julio César” del Capitolio, Parolin subrayó que hoy más que nunca se percibe “una fuerte incapacidad para escuchar al otro, para ver las grandes oportunidades que se abren ante nosotros con el simple acto de colaborar juntos, de interactuar con respeto mutuo y con la conciencia responsable de que todo está interconectado”.
Por ello, se vuelve cada vez más urgente una necesidad: “Construir un mundo nuevo donde reine la paz. Este es el objetivo, exigente pero a la vez estimulante, que tenemos ante nosotros, y para lograrlo no nos faltan los medios. Lo que necesitamos es una ‘nueva mirada’ hacia un ‘mundo nuevo’, capaz de leer con atención los desafíos y esos ‘signos de los tiempos’ que pueden contribuir a la paz, estimulando el diálogo social y redescubriendo en ellos esa esperanza a la que nos exhorta la Spes non confundit”.
Un cambio de perspectiva
Para el Secretario de Estado, la centralidad de la palabra y la esencia del mensaje evangélico “son, con absoluta sencillez, la base de la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, un Dios que nos ama a todos incondicionalmente”, sostuvo, citando nuevamente a León XIV.
Y al referirse a la cuestión de la deuda ecológica, destacó que representa “la injusta desproporción entre el daño ambiental causado por las naciones ricas, principalmente del norte global, y los sufrimientos soportados por las naciones más pobres del sur global. El compromiso con la reducción del impacto ambiental es también una forma de abordar la deuda financiera. Es necesario cambiar la arquitectura financiera internacional. No solo incorporando cláusulas que tengan en cuenta el cambio climático en las deudas, sino también reformulando de manera significativa el sistema financiero”.
Viejos y nuevos poderes dominantes
Al centrarse en este punto, el purpurado señaló que “quienes deciden las tasas de interés y el valor de las monedas son los bancos centrales y los fondos financieros privados; las normas que rigen los contratos son las de los países donde se encuentran las bolsas de valores”.
“Las intervenciones mediante paquetes de apoyo financiero provienen del prestamista de última instancia, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, cuyos principales accionistas son los países acreedores”, añadió Parolin, y “también la financiación privada interviene ‘al rescate’ de los países deudores, pero con fondos especulativos. El marco común creado para la reestructuración de la deuda no está funcionando, porque representa a los mismos viejos y nuevos poderes dominantes, no a las poblaciones”.
Casini, Gualtieri y Rocca: “La política debe escuchar más”
El encuentro fue presidido por el senador Pier Ferdinando Casini, presidente honorario de la Unión Interparlamentaria, quien instó a la comunidad internacional a escuchar y poner en práctica las palabras del Papa que llaman “al deber de proteger el bien común. Esto es lo que debe hacer la buena política para promover una distribución justa de los recursos”.
En sus saludos institucionales, el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, sostuvo que el “concepto de deuda ecológica evidencia la responsabilidad que los países desarrollados tienen hacia los países en desarrollo”.
En la misma línea se expresó Francesco Rocca, presidente de la Región Lacio, quien durante un breve saludo afirmó que “cuando se quiere hacer política de altura, solo puede hacerse escuchando a los más pobres: es necesario recuperar el papel político que sepa captar el malestar”.
Monti: Europa debe estar en primera línea
Entre los ponentes también estuvo el exprimer ministro italiano Mario Monti, senador vitalicio, quien amplió la perspectiva y expresó el deseo de que la resolución de las desigualdades entre el norte y el sur del mundo pueda madurar dentro de la vieja Europa. Esta, dijo, “representa una unión de países con probada democracia liberal y fundados en el estado de derecho”.