Mykola Bychok, el cardenal más joven del mundo con sólo 45 años, tomó posesión de la Iglesia de Santa Sofía en Roma, templo conocido como la “Iglesia de los ucranianos”, sede que le fue otorgada por el Papa Francisco cuando lo incorporó al Colegio Cardenalicio el 7 de diciembre de 2024.
La toma de posesión de Bychok, Obispo de la Eparquía de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne para los católicos ucranianos en Australia, Nueva Zelanda y Oceanía, se realizó el domingo 22 de junio en la Iglesia de Santa Sofía en la Ciudad Eterna, según informa Vatican News.
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La iglesia, de arquitectura bizantina, fue construida en la década de 1960 y ahora se ha convertido en un lugar de oración y en un centro para ayudar a quienes sufren a causa de la guerra en Ucrania, tras la invasión de Rusia en 2022.
El Cardenal Bychok recordó que Santa Sofía en Roma nació bajo la visión del Cardenal Josyf Slipyj –el arzobispo mayor que sufrió prisión y torturas en los gulags de la Unión Soviética– y resaltó que este bello templo “debía representar el fin espiritual de esta violencia y la llegada de una paz justa, una paz fundada no solo en alto el fuego o acuerdos políticos, sino en la verdad, la dignidad y la justicia”.
En ese sentido, el cardenal más joven del mundo resaltó que “Santa Sofía es más que un edificio. Es un testimonio vivo de la resiliencia y la esperanza del pueblo ucraniano”.
El joven purpurado destacó asimismo que se ve llamado a “ser un puente entre Oriente y Occidente, pasado y futuro, cielo y tierra”, algo que no hace “solo, sino con todos ustedes”, afirmó a los numerosos fieles presentes.
El cardenal más joven del mundo a los que sufren la guerra: “No están olvidados”
Recordando el llamado a vencer la guerra con la paz de Cristo, como ha alentado el Papa León XIV, Bychok alentó a “ser audaces en la fe y tiernos en el amor, a caminar con quienes sufren y a irradiar la presencia de Cristo en cada rincón del mundo”.
A quienes sufren a causa de los conflictos en Ucrania, Medio Oriente y África, el cardenal ucraniano dijo: “No están olvidados”.
“La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia. De su sacrificio brotarán nueva vida, nuevas vocaciones, nueva santidad”, añadió el cardenal y resaltó finalmente que espera que “Santa Sofía siga siendo un faro de fe, unidad y esperanza para la Iglesia ucraniana, para toda la Iglesia católica y para el mundo”.
El título cardenalicio de Santa Sofía en Roma
Cuando el Papa crea un cardenal, le asigna la titularidad de una iglesia en Roma y por eso todos los cardenales tienen una en la Ciudad Eterna. Para hacer explícita esta asignación, cada cardenal toma posesión de su iglesia, como acaba de ocurrir con el Cardenal Bychok este domingo 22 de junio.
Vatican News señala que el título cardenalicio de Santa Sofía en via Boccea, vinculado a la basílica greco-católica ucraniana de Santa Sofía, fue creado en 1985 por el Papa San Juan Pablo II, quien lo confirió al entonces jefe de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Myroslav Ivan Lubachivsky.
Ese título fue conferido en 2001 a su sucesor, Liubomyr Husar, fallecido en 2017. El Cardenal Bychok, séptimo purpurado en la historia de la Iglesia ucraniana, se ha convertido en el tercer cardenal con el título de Santa Sofía.
El rito ucraniano en la Iglesia Católica
El sitio web de los católicos ucranianos en Australia explica que “la Iglesia Católica Ucraniana (UCC) es una Iglesia Católica Oriental en plena comunión con la Sede Apostólica”.
“Con más de 5,5 millones de fieles, es la más grande de las veintitrés Iglesias Orientales de la comunidad católica mundial, la segunda en número después de la Iglesia Latina (Católica Romana). La UCC está dirigida por el Arzobispo Mayor de Kiev y Halych, Su Beatitud Sviatoslav (Shevchuk)”.
La vestimenta del Cardenal Mykola Bychok es distinta a la de los demás cardenales en razón a su pertenencia a este rito. El rito al que pertenecen la mayoría de católicos en el mundo occidental es el latino.
Bychok utiliza túnicas bizantinas y ornamentos característicos del rito greco-católico, en comunión con Roma pero heredero de la liturgia bizantina eslava. Su vestimenta incluye mitra oriental y no la túnica cardenalicia roja habitual.