La Iglesia mientras peregrina está llamada a la comunión con Dios trinitario como la comunión con todos

Homilía de Mons. Francisco Ozoria Acosta | Corpus Christi, jueves 19 de junio 2025.

Muy queridos hermanos y hermanas, Sean todos bienvenidos y bienvenidas a esta celebración de la Eucaristía en esta solemnidad de Corpus Cristi. Queridos obispos que nos acompañan, Monseñor Amable y Monseñor Benito Ángeles, queridos sacerdotes,

Queridos diáconos, religiosos, religiosas, autoridades civiles y militares, hermanos y hermanas en Jesucristo. Estamos celebrando esta Eucaristía en esta solemnidad de Corpus Cristi. Estamos honrando, adorando a Cristo Jesús que se ha quedado con nosotros en la Eucaristía. Queremos testimoniar públicamente nuestro amor a Jesús.

Eucaristía. Se decía antes que hay tres jueves grandes en la vida. Jueves santo, jueves corpus y jueves de la ascensión. Como sabemos, la iglesia ha cambiado la celebración de la ascensión del Señor para el domingo siguiente, siguiente a los 40 días que fue cuando subió al cielo, a los 40 días de la resurrección.

En algunos países se celebran Corpus Cristi, el próximo domingo nosotros, gracias a Dios, celebramos en el jueves, este jueves de la séptima semana. Valoramos altamente este día. Queremos expresar la importancia que es lo importante que es la Eucaristía en la vida de la iglesia. Ya el Concilio Vaticano Segundo nos lo enseña en la Constitución sobre la Iglesia cuando nos dice, El sacrificio eucarístico es fuente y cumbre de la vida cristiana. En el número 11 de la Constitución sobre la Iglesia, fuente y cumbre de la vida cristiana. He querido retomar algunas ideas para esta reflexión de la encíclica Iglesia de Eucaristía del Santo Papa Juan Pablo II. Para mí es el recuerdo, el testamento más bonito y fiel del Papa Juan Pablo II.

Esta esta encíclica. Reflexionemos algunas ideas sobre lo que dice el Papa en esta encíclica sobre la Eucaristía. Después de afirmar que la iglesia vive de la Eucaristía, nos enseña el Papa que la sagrada eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia. Es decir, contiene a Cristo mismo nuestra Pascua y pan de vida que da la vida a los hombres.

Todo el bien espiritual, Cristo mismo. Eso es lo que tenemos en la Eucaristía. Sea en la celebración eucarística o en la Eucaristía en el sagrario para nuestra adoración. La Eucaristía es el sacramento por excelencia del misterio pascual y por ello está en el centro de la vida eclesial. El misterio pascual. Justamente hemos celebrado la Pascua y valoramos, celebramos con gran fe. El misterio pascual en la vigilia pascual, el sábado santo, la vigilia, el misterio pascual. Ahí está el centro, lo más importante de nuestra vida de fe. La iglesia, dice el Papa, cada vez que celebra, que celebramos la Eucaristía, conmemoramos el misterio pascual. El Papa ha querido señalar con nueva fuerza a la Iglesia.

La centralidad de la Eucaristía, de ella vive la iglesia. De este pan vivo se alimenta la centralidad de nuestra vida en la Eucaristía. La Iglesia vive continuamente del sacrificio redentor de Cristo. Es en la misa se hace presente ese sacrificio, el sacrificio redentor de Cristo. El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son pues uno mismo, un único sacrificio, nos dice el Papa Juan Pablo Segundo en la encíclica. La Eucaristía edifica la iglesia y la iglesia hace la Eucaristía. Es una frase muy propia del Papa Juan Pablo Segundo. La Eucaristía edifica la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. El mismo Concilio Vaticano Segundo nos ha enseñado que la celebración eucarística es el centro del proceso de crecimiento de la iglesia.

Es sacramento del pan. Eucarístico significa y al mismo tiempo realiza la unidad de la de los creyentes. La Eucaristía significa y realiza el sacramento de unidad, la unidad de la iglesia. esa iglesia que formamos todos, que forma un solo cuerpo en Cristo y hay un influjo causal de la Eucaristía en los orígenes mismos de la iglesia, un influjo causal, es decir, que la Eucaristía produce, causa la iglesia, la unión con Cristo que se realiza en la Eucaristía y que es don y gracia para cada uno hace que en él estemos. Hace que en él estemos asociados partiendo, asociados también de la unidad de su cuerpo, que es la misma iglesia. Nos unimos con Dios y nos unimos entre nosotros. Mediante la comunión del cuerpo de Cristo, la Iglesia alcanza cada vez más profundamente su ser. Sacramento, signo de e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todos, de todo el género humano. Decir que estamos unidos a Dios, que estamos en comunión con Dios.

En la Eucaristía también estamos unidos a los hermanos, estamos en comunión con los hermanos. La Eucaristía construyendo la iglesia crea precisamente por ello comunidad entre los hombres. En este sentido, la eclesiología de comunión del Concilio Vaticano Segundo es una tarea pendiente y urgente para nosotros como iglesia.

La iglesia mientras peregrina aquí en la tierra está llamada a mantener y promover tanto la comunión con Dios trinitario como la comunión entre los fieles. Comunión con todos. Somos peregrinos de esperanza. Estamos manejando este término, el año santo, el jubileo. Somos peregrinos de la esperanza. Trabajamos y nos esforzamos por vivir en comunión.

Aunque hay tantas, tantos signos de muerte, hay guerras, divisiones, muertes, delincuencia, discriminación. Seguimos trabajando por la comunión con Dios. y entre nosotros los hijos de Dios. Nos preocupa que tantas personas, nuestros hermanos, tantas personas a nuestro lado, no vivan con la dignidad de hijos de Dios.

Nos preocupa la falta de convivencia y relaciones fraternas entre los seres humanos, entre los pueblos. Nos preocupa la división entre los pueblos y la falta de respeto a la dignidad. Y a los derechos de las personas que crea división, que manifiesta una división entre nosotros. Como peregrinos de esperanza, seguimos caminando y confiando en Dios que esa comunión llegue a nosotros, que esa unión de hermanos se realice entre los pueblos, en la iglesia y que la iglesia sea también un motor de esa unidad, de esa fraternidad, que la iglesia camine por esa fraternidad que el Papa Francisco nos dejó en Frateli tuti. Todos hermanos, que lleguemos a ser todos hermanos. La Eucaristía es esa realización de ese ideal de todos, hermanos.

Ave María purísima.

Related posts

La Mesa de Diálogo Interconfesional de España y la Directora de Libertad Religiosa acuerdan proteger la libertad religiosa

Religiosas haitianas cultivan esperanza con huertos en las montañas

En Perú, el Cardenal Castillo: Los cristianos compartimos el amor y la paz