IGF2025 se lleva a cabo en Lillestrøm, Noruega, hasta el viernes 27 de junio. En la iniciativa participó también el Secretario del Dicasterio para la Comunicación, monseñor Lucio Ruiz, quien instó a mirar cada innovación con la “sabiduría del corazón” que une conocimiento y conciencia, libertad y responsabilidad, justicia y solidaridad.
Vatican News
Un foro que pretende ser una plataforma de discusión global e inclusiva para la gobernanza de Internet. Se trata del IGF 2025 que se celebra desde ayer, 23 de junio, hasta el viernes 26 y que pone en el centro del debate la idea de una web abierta y segura, en beneficio de la humanidad.
Entre las intervenciones programadas estuvo la de monseñor Lucio Adrián Ruiz, Secretario del Dicasterio para la Comunicación, quien encabezó la delegación de la Santa Sede integrada también por el ingeniero Francesco Masci, director de la Dirección Tecnológica del Dicasterio.
Un impacto en la condición humana
“No podemos separar la reflexión sobre la tecnología de la sobre la humanidad”: subrayó monseñor Ruiz quien recordó cómo la transformación en curso, debida sobre todo a la inteligencia artificial, es “profunda y rápida” y que está cambiando la vida y el trabajo de las personas. “Su impacto – añadió – va mucho más allá de la innovación técnica: concierne a la condición humana, a la cultura y al sentido de la convivencia civil”. El Secretario del Dicasterio para la Comunicación recordó el documento Antiqua et Nova, publicado en enero, que invita a “mirar lo nuevo con discernimiento, no oponiéndose al cambio, sino tratando de iluminarlo con una sabiduría antigua, capaz de orientar la técnica hacia fines humanos, justos y solidarios”.
La responsabilidad moral de la inteligencia artificial
Cabe señalar que la IA no es un sujeto pensante, sino “un producto del ingenio humano y como tal debe ir acompañada de responsabilidad moral”. Ruiz sin embargo enumeró los beneficios del uso de la Inteligencia Artificial en particular en la educación, aunque “nunca podrá sustituir la relación entre profesor y alumno en la que se transmiten valores, pensamiento crítico y libertad interior”. Otro ejemplo es el ámbito sanitario, donde el diagnóstico puede ser apoyado, pero no reemplazado, por la escucha y el tratamiento; en la comunicación el riesgo es que “la verdad y la autenticidad” sean cada vez más frágiles; en política para aumentar la polarización y en el ámbito militar “las armas autónomas son éticamente inaceptables”. En materia de medio ambiente, si queremos contribuir a la sostenibilidad, necesitamos “una tecnología que respete nuestra casa común”.
La sabiduría del corazón
De ahí la invitación a trabajar por una innovación que una conocimiento y conciencia, libertad y responsabilidad, justicia y solidaridad, que tenga una “sabiduría del corazón”. La Santa Sede —subraya monseñor Ruiz— hace un llamado a una gobernanza ética. El futuro digital solo será verdaderamente humano si es también justo, inclusivo, relacional y espiritualmente significativo. Por ello, hoy renovamos el llamado a que internet y todas las tecnologías emergentes se guíen por valores compartidos, normas comunes y la conciencia de que el ser humano es el centro, su propósito y su esencia.