El Cardenal jesuita Gianfranco Ghirlanda, doctor en derecho canónico desde 1978, ex rector de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma y consultor de varios dicasterios vaticanos, explica las diferencias que existen entre la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano.
El purpurado italiano de 82 años concedió recientemente una entrevista a la agencia SIR, de los obispos de Italia, con ocasión del Jubileo de la Santa Sede, en la que se refirió a este y otros temas de la Curia Romana.
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Santa Sede y Vaticano
Ghirlanda precisa que “la Santa Sede, o Sede Apostólica, puede designar tanto a la persona del Papa como a la Curia Romana, según el contexto”.
En ese sentido “es fundamental distinguir la Santa Sede, entendida como el centro de gobierno de la Iglesia, del Estado de la Ciudad del Vaticano, establecido mediante los Pactos de Letrán el 11 de febrero de 1929 para garantizar al Pontífice plena libertad en el ejercicio de su ministerio”.
En 1871 “el Estado italiano promulgó la Ley de Garantías, un acto unilateral que pretendía regular las relaciones con la Santa Sede, pero que fue rechazado por Pío IX porque subordinaba al Papa a la autoridad italiana. Solo en 1929, mediante un acuerdo bilateral [los Pactos de Letrán o Lateranenses], se logró una regulación definitiva”.
Se puede decir entonces, en breve y a modo de resumen, que la Santa Sede es el gobierno central de la Iglesia Católica, liderado por el Papa, y que el Vaticano es el estado, mínimo pero soberano para garantizar la independencia del Pontífice, donde se encuentra la Santa Sede.
Si bien la Santa Sede es el gobierno de la Iglesia y el Vaticano es el estado, el Cardenal precisó que “es la Santa Sede, no el Estado del Vaticano, quien tiene subjetividad jurídica internacional y mantiene relaciones diplomáticas”.
La misión de la Santa Sede
Al ser preguntado sobre si es difícil para la Santa Sede ejercer su función de gobierno sin los instrumentos típicos de un estado, el Cardenal jesuita responde: “Sin duda, pero es precisamente esta condición la que realza la especificidad de la misión. La Santa Sede está llamada a actuar en el mundo, sin permitirse ser mundana”.
“Aquí es donde entra en juego el discernimiento. Como enseña San Ignacio, los medios deben seguir siendo medios. Si se convierten en el fin, se pierde la coherencia evangélica”, subraya.
La reforma de la Curia Romana y la diplomacia vaticana
Sobre los desafíos concretos que afronta la implementación de la constitución apostólica Praedicate Evangelium, con la que el Papa inició la reforma de la Curia Romana, Ghirlanda dijo que el texto “deberá aplicarse gradualmente, teniendo en cuenta las correcciones y ajustes necesarios que surgirán de la experiencia. Este es un paso saludable en el proceso de reforma”.
“La estructura concreta del gobierno eclesial varía con el tiempo, adaptándose a los cambios históricos, manteniendo inalterados los principios fundamentales revelados”, agregó. En ese sentido, resaltó, “Praedicate Evangelium se sitúa en la perspectiva de una mayor descentralización, ya deseada por el Concilio Vaticano II. Sin embargo, su plena implementación requiere tiempo”.
Sobre la diplomacia vaticana, el experto en derecho canónico destacó que “no se orienta a la protección de los intereses del poder, sino a la promoción de la persona humana”.
“En este sentido —subrayó— la Santa Sede tiene la tarea, a veces incómoda, de denunciar las violaciones de los derechos fundamentales dondequiera que ocurran. La experiencia adquirida a lo largo de los siglos es valiosa, pero debe permanecer siempre al servicio del Evangelio”.
Walter Sánchez Silva
Soy esposo desde 2008. Con mi esposa tenemos tres hijos aquí y uno que se fue al cielo en 2023, antes de nacer. Desde que me incorporé a ACI Prensa en 2005, he tenido la oportunidad de cubrir diversos eventos de la Iglesia Católica. Entre ellos, las Jornadas Mundiales de la Juventud en Colonia, Madrid y Río de Janeiro y los viajes apostólicos del Papa Benedicto XVI a México y del Papa Francisco a Corea del Sur. He sido enviado al Vaticano para cubrir los sínodos de la Familia, en 2015; de la Amazonía, en 2019 y el de la Sinodalidad, en 2023. Sigo de cerca la situación de la Iglesia Católica en Nicaragua, que sufre la persecución de la dictadura de Daniel Ortega, así como la actualidad eclesial en la región.
