Colombia: Arzobispo de Medellín llama a ver la política como un servicio y no una plataforma de poder


El Arzobispo de Medellín, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, denunció el “momento preocupante” que vive Colombia y señaló que “esta situación obliga a pensar en el sentido y la forma de hacer política”, la cual debe ser vista como un servicio y no como un negocio o una plataforma de poder.

En un artículo publicado en el sitio web del Episcopado colombiano, el prelado abordó la crisis social y política del país, reflejada en los enfrentamientos entre el gobierno con los poderes legislativos y judicial, el aumento de los atentados terroristas y el desplazamiento de poblaciones.

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En su texto, Mons. Tobón Restrepo enumeró que en Colombia “hay incertidumbre política, se difunde un inaceptable lenguaje de odio, se está incrementando peligrosamente la violencia en varias regiones”, entre otros hechos que dañan la convivencia.

El arzobispo indicó que esta realidad exige a los ciudadanos pensar en la forma en que se está haciendo política. “Esto implica acordar un plan común y dirimir las diferencias con el diálogo y no con la violencia”.

Pero eso exige también “renunciar a los deseos, intereses y proyectos propios para optar por el bien común, respetando los derechos de los demás. No puede entenderse la política como un negocio o una plataforma de poder, sino como un servicio que conlleva la cooperación de todos”.

Mons. Ricardo Tobón señaló que cuando la política no es vista como un servicio, “vienen la inequidad social, la corrupción, la desorientación de la juventud, el incremento de corrientes migratorias, la desintegración de las instituciones, la violencia en múltiples formas, la pobreza”.

Por ello, el arzobispo exhortó a los ciudadanos a no desentenderse de la política ni resignarse, pues la consecuencia es “un país que no sabe a dónde va ni cómo debe dirigir su camino, que depende de la veleidad del gobierno de turno siempre queriendo inventar en su período todo de nuevo”.

“Así se puede caer en propuestas improvisadas para cambiar arbitrariamente el paradigma de la política y de la economía, para destruir la institucionalidad y aun para afectar el sistema democrático. Este inadecuado proceso puede traer también el cansancio y el agotamiento del pueblo que conduce, aunque sea un suicidio, a aceptar alternativas improvisadas sin medir realmente sus alcances y consecuencias”, advirtió.

El Arzobispo de Medellín escribió que “es preciso cuidar una verdadera forma de hacer política sobre la base de la justicia social, los valores fundamentales y la convivencia pacífica”, con partidos sólidos y movimientos sociales bien orientados, con “un comportamiento político marcado por la moral”.

Ello porque “el desprecio de la ética lleva a una relación promiscua entre los intereses públicos y privados, que siempre genera escándalos de corrupción, mentira y diversas formas de violencia”.

El prelado culmina su artículo expresando que el momento que vive Colombia “exige reflexionar a fondo y tomar decisiones con lucidez y coraje. No puede ser hora de un lenguaje incendiario y de odio o de seguir la actitud mecánica de quien se margina o de quien se irrita y mata”.

“Es necesario buscar dónde están las equivocaciones y qué debemos hacer de un modo concreto. Hay que reforzar la construcción moral que afiance el orden social en valores fundamentales, respaldar las personas íntegras y los proyectos válidos para el país, no dejarnos llevar del miedo o la apatía. Urge cuidar la democracia, la institucionalidad y la unidad nacional. Este es un momento en que es necesario orar mucho, fomentar un serio compromiso político y mantener la cordura y la esperanza”, concluyó.





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