En Tanzania, donde las dificultades financieras mantienen a muchos niños y jóvenes fuera de la escuela, las Hermanas de María están trabajando para romper el ciclo proporcionando educación y formación profesional gratuitas y de alta calidad para garantizar un futuro mejor.
Sarah Pelaji – CIudad del Vaticano
Aunque Tanzania es la segunda economía más grande de África oriental, sigue siendo un país de bajos ingresos y muchos de sus ciudadanos se enfrentan a dificultades económicas diarias. Para muchas familias normales, el acceso a una educación holística está por encima de sus posibilidades. Las Hermanas de María, una congregación religiosa internacional fundada por Monseñor Aloysius Schwartz en 1964, conocida por su compromiso con los niños desfavorecidos de todo el mundo, han asumido la misión de trabajar con algunos de los niños vulnerables de Tanzania.
Las religiosas se comprometen a proporcionar a los estudiantes una educación de calidad y oportunidades que los preparen para los desafíos de la vida real en el futuro. En 2019, las Hermanas de María pusieron en marcha una escuela para niñas en su mayoría de familias pobres de Kisarawe, dentro de la archidiócesis de Dar es Salaam. Inicialmente ofrecían educación básica, la escuela se amplió en 2024 para incluir educación de nivel avanzado (módulos 5 y 6). Actualmente, hay 1.029 estudiantes matriculados en esta institución.
Las niñas reciben una educación completa en línea con los estándares gubernamentales, incluidas las materias académicas. La escuela es un entorno educativo que permite a las niñas experimentar una infancia normal: hacer amigos, hacer deporte y explorar nuevos pasatiempos, adquiriendo también habilidades prácticas para el futuro empleo.
Guardería y centro de formación Kiluvya
En 2022, las Hermanas de María abrieron el Kiluvya Nursery and Training Centre, que proporciona atención infantil al estilo Montessori para 90 niños pequeños y formación profesional certificada para 110 mujeres jóvenes que abandonan la escuela por diversas razones. Esta estructura tiene como objetivo empoderar a las mujeres jóvenes y preparar a los niños para la futura escuela.
La ciudad de los Dodoma Boys
En marzo de 2025, las hermanas celebraron la inauguración de un nuevo dormitorio y gimnasio en Dodoma Boys Town, que se ocupa de los niños de entornos pobres. Al evento asistieron figuras destacadas, entre ellas el ministro de Educación de Tanzania; S.E. Mons. Beatus Kinyaiya, arzobispo de Dodoma; el cardenal Protase Rugambwa, arzobispo de Tabora; y un representante del vicepresidente del país. La escuela ofrece tanto una formación académica como profesional de calidad. Cuenta con un laboratorio informático y una panadería, que proporcionan a los estudiantes habilidades en tecnología y panadería. El objetivo es prepararlos para oportunidades de trabajo decentes después de la madurez.
Colaboración y sensibilización
Las Hermanas de María trabajan en estrecha colaboración con el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Tanzania, recibiendo pleno apoyo para ampliar el acceso a la educación. Sus programas actualmente atienden a 1.583 niños y mujeres jóvenes en toda Tanzania. Una de las líderes escolares de la escuela femenina de Kisarawe, la hermana Merry Jane Talines, destaca la importancia de la educación de las niñas como medio de emancipación. Explicó que, en las sociedades tradicionales como Tanzania, las mujeres todavía enfrentan restricciones y están condicionadas por los roles domésticos e incluso los matrimonios tempranos. La educación de las niñas es fundamental para permitirles participar plenamente en la sociedad, obtener ingresos y sacar a sus familias de la pobreza. También destacó que las monjas se comprometen a proporcionar una educación y formación profesional de calidad. Su objetivo es romper el ciclo de la pobreza dotando a los estudiantes de habilidades que conduzcan al empleo y a un mejor nivel de vida.
Para las Hermanas de María, la implicación de los padres es fundamental. Facilitan las visitas anuales de los padres, promoviendo la reunificación familiar y la implicación de la comunidad. Su enfoque integral aborda la educación y las necesidades esenciales como alimentos, ropa y bienes materiales, asegurando que los niños puedan crecer bien.