Más de 2.000 empresarios y sus familias se consagraron el 27 de junio al Sagrado Corazón de Jesús durante la celebración de 80 Misas alrededor del mundo.
El evento fue organizado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), con el apoyo de los apostolados y movimientos laicales de las 62 ciudades donde se llevaron a cabo las consagraciones.
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Las Eucaristías tuvieron lugar en Buenos Aires (Argentina); Santa Cruz de la Sierra (Bolivia); Yiwu (China); Chimaltenango (Guatemala); Hermosillo y Tenango de Arista (México); Ciudad de Panamá y Colón (Panamá); Ginebra (Suiza); Brownsville, Lehigh Acres y Weston (Estados Unidos); así como Caracas, Maturín, Valencia y Valera (Venezuela).
Asimismo, en decenas de ciudades colombianas como Bogotá, Cali, Cartagena, Chiquinquirá, Duitama, Girardot, Guapi, Ibagué, Manizales, Medellín, Pereira, Popayán, Tunja, Villavicencio, entre otras.
En Bogotá, la Misa fue celebrada en el Convento Santo Domingo de Guzmán, con la participación de apostolados como Dios en la Empresa y Sagrado Corazón Peregrino, este último encargado de la imagen del Sagrado Corazón que ingresó en procesión y ante la cual el P. Astolfo Moreno, presidente de la Junta Directiva de ACN Colombia, dirigió la oración de consagración.
En ese sentido, Alejandra Arias, de Sagrado Corazón Peregrino, relató a ACI Prensa que este apostolado nació en Colombia hace 29 años gracias a la iniciativa de su abuela y hoy, junto con su esposo, llevan la imagen a hogares, hospitales y lugares donde las personas puedan “entregarle su corazón” a Jesús.
Por su parte, Pedro Miguel Niño, de Dios en la Empresa, manifestó que ha sido fundamental entregar su empresa a Cristo, porque “Dios quiere acompañarnos e iluminar todos los aspectos de nuestra vida” y “que vivamos según la doctrina social de la Iglesia, la subsidiariedad, la dignidad humana, la búsqueda del bien común”. “Hay que santificar el trabajo sirviéndole a los demás”, expresó.
Ser signos del amor misericordioso de Dios
Al reflexionar sobre la Parábola de la oveja perdida, el P. Astolfo Moreno invitó a los empresarios a imitar al pastor que no se queda conforme con las 99 ovejas que le quedan, sino que sale a buscar a la que se ha extraviado.
“Este pastor no delega ciertas cosas, se ocupa, se entrega, hace lo que sea, como dejar las 99 con tal de rescatar una”, señaló, e indicó que esta conducta “habla de un amor profundo por lo que se hace” e inspira a reflexionar sobre “cómo vivimos el trabajo hoy”.
El P. Moreno aclaró que si bien Cristo delegó ciertas funciones a sus apóstoles y discípulos, se reservó para sí mismo lo fundamental: entregarse. “Él no dijo entréguense ustedes, mueran por mí. La tarea de morir, la tarea de donarnos su corazón, no la delegó. Esa es indelegable”, señaló.
“Y esta parábola nos dice —explicó— que el cuidado de las personas es lo que no debo entregar. De eso me debo ocupar yo, como empresario, como líder, a imagen de Cristo”.
El P. Astolfo Moreno también mencionó la carta encíclica Dilexit nos, que el Papa Francisco escribió sobre el Corazón de Jesús, y recordó que los católicos están llamados a amar a todos, “también a los que no piensan como ellos”.
“Los que oran por todos, por el enemigo, por el que me destruye, eso es ser cristiano. Lo otro es ser parte de una banda, de un bando, de un partido. Y el cristiano no es esencialmente de un partido, aunque pueda tener derecho a rezar lo que quiera en política”, señaló.
El católico, indicó, “es ante todo uno que sigue a Cristo. ¿Y qué ha hecho Cristo? (…). Él murió por nosotros cuando éramos pecadores, es decir, cuando no nos lo merecíamos”.
Jesús “se ha ocupado de nosotros y tú y yo tenemos una tarea”, señaló el sacerdote, “que seamos sus signos y que seamos amor misericordioso para los demás”.
Culminada la homilía, el P. Astolfo Moreno dirigió la oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús, devoción difundida por Santa Margarita de Alacoque.