Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

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Se ocupa de promover el apostolado de los fieles laicos, la atención pastoral de los jóvenes, de la familia y su misión según el designio de Dios, de los ancianos y de la promoción y protección de la vida.







Alessandro Di Bussolo – Ciudad del Vaticano

El deseo de abrazar a hombres y mujeres de toda condición, cultura y origen geográfico inspiró al Papa Francisco, en 2016, a crear una nueva estructura dentro de la Santa Sede, unificando el Pontificio Consejo para los Laicos y el Pontificio Consejo para la Familia. “Sus competencias tienen que ver con la vida cotidiana de muchísimas personas”, explicó el Papa, lo que convierte a este Dicasterio en una realidad “popular”. En la dirección del Dicasterio acompañan al Prefecto, cardenal Kevin Joseph Farrell, el Secretario adjunto, el obispo Dario Gervasi, y el Secretario Gleison De Paula Souza.

Breve recorrido histórico

Instituido por el Papa Francisco en agosto de 2016, con el Motu Proprio Sedula Mater, el Dicasterio ha asumido las competencias relativas a los laicos, la familia y la vida, que anteriormente estaban atribuidas al Pontificio Consejo para los Laicos y al de la Familia. El primero fue creado por san Pablo VI en 1967 con el Motu Proprio Catholicam Christi Ecclesiam, que puso en práctica una propuesta del decreto del Concilio Vaticano II Apostolicam actuositatem. Con su “sección jóvenes”, por voluntad de san Juan Pablo II, desde 1985 el Pontificio Consejo para los Laicos – hoy Dicasterio – se ha ocupado desde el inicio de la organización de la Jornada Mundial de la Juventud, en colaboración con los comités locales.

En junio de 1988, el Papa definió sus competencias y estructura con la constitución apostólica Pastor Bonus sobre la Curia romana. El Pontificio Consejo para la Familia, en cambio, fue instituido por Juan Pablo II con el Motu Proprio Familia a Deo Instituta en 1981, sustituyendo al Comité para la Familia que había sido creado por Pablo VI en 1973. A partir de 1994, Año de la Familia, el Pontificio Consejo para la Familia – hoy Dicasterio – ha sido siempre responsable de la organización de los Encuentros Mundiales de las Familias, desde el primero, que tuvo lugar en Roma.

Competencias

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, según lo establecido por la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, se ocupa de la valorización del apostolado de los fieles laicos, del cuidado pastoral de los jóvenes, de la familia y de su misión según el designio de Dios, de los ancianos, y de la promoción y tutela de la Vida. Promueve la vocación y la misión de todos los laicos, tanto como individuos como miembros de asociaciones, movimientos y comunidades, en todos los ámbitos, civil y eclesial.

El Dicasterio expresa la solicitud de la Iglesia por los jóvenes, promoviendo su protagonismo en medio de los desafíos del mundo. Apoya las iniciativas del Papa en el ámbito de la pastoral juvenil y está al servicio de las Conferencias Episcopales, asociaciones y movimientos juveniles internacionales, para fomentar la colaboración y organizar encuentros a nivel internacional. El Dicasterio también aporta su contribución a la reflexión eclesial sobre la identidad y misión del hombre y la mujer en la Iglesia y en la sociedad, promoviendo su participación, valorizando las peculiaridades femeninas y masculinas, y elaborando modelos de roles de liderazgo para la mujer en la Iglesia.

Estudia los temas relativos a la cooperación entre laicos y ministros ordenados, en virtud del Bautismo, para fomentar en ambos la conciencia de la corresponsabilidad sobre la vida y la misión de la Iglesia. Es su tarea evaluar y aprobar las propuestas de las Conferencias Episcopales relativas a la institución de nuevos ministerios y oficios eclesiásticos que se confíen a los laicos, según las necesidades de las Iglesias particulares. El Dicasterio acompaña la vida y el desarrollo de las agregaciones de fieles y de los movimientos eclesiales. Reconoce o erige, conforme a las disposiciones del derecho canónico, aquellos que tienen un carácter internacional y aprueba sus estatutos, sin perjuicio de la competencia de la Secretaría de Estado. Atiende también los recursos relativos a la vida asociativa y al apostolado de los laicos.

El Dicasterio promueve la pastoral del matrimonio y de la familia con base en las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia. Trabaja para garantizar el reconocimiento de los derechos y deberes de los esposos y de la familia en la Iglesia, en la sociedad, la economía y la política. Promueve encuentros y eventos internacionales. En coordinación con los Dicasterios para la Evangelización y para la Cultura y la Educación, apoya el desarrollo y la difusión de modelos de transmisión de la fe en las familias y alienta a los padres a vivir una fe concreta en la vida diaria. Estudia y profundiza, con el apoyo de expertos, las causas de las crisis matrimoniales y familiares. Tiene la tarea de recoger y proponer modelos de acompañamiento pastoral para los divorciados vueltos a casar civilmente y también para quienes, en algunas culturas, viven situaciones de poligamia.

El Dicasterio apoya iniciativas a favor de la procreación responsable, así como la protección de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, teniendo en cuenta las necesidades de la persona en las distintas etapas del desarrollo. Promueve y alienta a organizaciones y asociaciones que ayudan a la familia y a las personas a acoger y custodiar responsablemente el don de la vida, especialmente en casos de embarazos difíciles, y a prevenir el recurso al aborto.

Estudia los principales problemas de la biomedicina y del derecho relativos a la vida humana, en diálogo con las diversas disciplinas teológicas y con otras ciencias pertinentes. Examina las teorías emergentes relativas a la vida humana y a la realidad del ser humano, en común acuerdo con el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. También colabora con la Pontificia Academia para la Vida y con el “Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia”.

Caminar juntos para evangelizar

En febrero de 2023, durante un congreso organizado por el Dicasterio, el Papa Francisco compartía su deseo:
“Quisiera que todos lleváramos en el corazón y en la mente esta hermosa visión de la Iglesia: una Iglesia orientada hacia la misión, donde se suman fuerzas y se camina juntos para evangelizar; una Iglesia donde lo que nos une es ser cristianos bautizados, nuestro pertenecer a Jesús; una Iglesia donde laicos y pastores viven una verdadera fraternidad, trabajando codo a codo cada día, en todos los ámbitos de la pastoral, porque todos somos bautizados”.



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