Es el dicasterio que se ocupa de promover el respeto, el entendimiento mutuo y la colaboración entre católicos y seguidores de otras tradiciones religiosas no cristianas, con excepción del judaísmo. Un libro abierto del Concilio Vaticano II que en 2019 llegó al capítulo fundamental sobre la fraternidad humana.
Alessandro Di Bussolo – Ciudad del Vaticano
La tarea del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso es promover el respeto, el entendimiento mutuo y la colaboración entre católicos y seguidores de otras tradiciones religiosas no cristianas, con excepción del judaísmo, cuya competencia corresponde al Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Un libro abierto hace 60 años por el Concilio Vaticano II y que, con el magisterio del Papa Francisco, ha llegado al capítulo sobre la fraternidad humana, con el histórico documento firmado en Abu Dabi el 4 de febrero de 2019. Desde el 21 de enero de este 2025, el cardenal George Jacob Koovakad es el guía del dicasterio. El secretario es monseñor Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage.
Antecedentes históricos
Como Secretaría para los No Cristianos, fue instituida por el Papa Pablo VI el 19 de mayo de 1964, con el Breve Progrediente Concilio, antes de la promulgación de la Declaración Conciliar Nostra aetate (1965) y del cierre del Concilio Vaticano II. En 1974, dentro del Dicasterio, se creó la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Musulmanes. En 1988, con la Constitución Apostólica Pastor Bonus de Juan Pablo II, la Secretaría pasó a denominarse Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, una denominación sin duda más inclusiva. Con la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, del 19 de marzo de 2022, pasa a denominarse Dicasterio para el Diálogo Interreligioso.
Competencias
El Dicasterio, según se lee en la Constitución Praedicate Evangelium, trabaja para que el diálogo con los seguidores de otras religiones se desarrolle de manera adecuada, con una actitud de escucha, estima y respeto. Y, al mismo tiempo, promueve la paz, la libertad, la justicia social, la protección y la salvaguarda de la creación, los valores espirituales y morales. Consciente de que el diálogo interreligioso se concreta mediante la acción, el intercambio teológico y la experiencia espiritual, promueve entre todos los hombres una verdadera búsqueda de Dios. Está al servicio de la Iglesia en su amplia misión de diálogo, colaborando con los obispos de las Iglesias locales, sobre todo a través de las Comisiones Episcopales para el diálogo interreligioso. Cuida el diálogo entre cristianos sobre las relaciones con los seguidores de otras religiones. Mantiene relaciones constantes con la Oficina para el diálogo interreligioso del Consejo Ecuménico de Iglesias y colabora con ella en iniciativas de estudio y promoción del diálogo. Apoya las relaciones y los eventos que promueven un espíritu de diálogo y fraternidad con diversos grupos que representan otras tradiciones religiosas. Además, fomenta el estudio de las religiones entre los cristianos e invita a los miembros de otras religiones a profundizar en el estudio del cristianismo. Promueve la formación de las personas comprometidas con el diálogo, tanto a nivel intelectual como en la vida cotidiana.
Especialmente con el Papa Francisco, su misión se ha convertido en una de las prioridades de la Iglesia, como lo demuestran sus viajes internacionales, desde Abu Dabi, en febrero de 2019, hasta Irak, en 2021, bajo el lema de la «hermandad humana». Hasta su último viaje, el más largo, a Asia y Oceanía, en septiembre de 2024, en el que, por ejemplo, bendijo el «túnel de la amistad» que conecta la mezquita con la catedral de Yakarta, en Indonesia.
El Dicasterio tiene la tradición de enviar mensajes de felicitación a diferentes tradiciones religiosas, como el enviado a los musulmanes por el mes del Ramadán, a los budistas por la fiesta de Vesakh o Hanamatsuri, a los hindúes por la celebración de Deepavali, a las comunidades jainistas con motivo del Mahavir Jayanti y a las comunidades sijistas con motivo del Prakash Diwas. El impulso dado por los Pontífices no ha faltado. Recordemos, por ejemplo, la Jornada de Oración por la Paz, convocada en 1986 en Asís por San Juan Pablo II, con 50 representantes de comunidades cristianas y 60 de otras religiones, que fue un hito en el diálogo interreligioso, seguida, en su 25º aniversario, en 2011, por un segundo encuentro, también en Asís, promovido por el papa Benedicto XVI, en el que participaron unos 180 representantes de diversas religiones. Posteriormente lo fueron el Documento sobre la Hermandad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi por el Papa Francisco y el imán Al-Tayyeb, y la encíclica Fratelli tutti de 2020.
Fundación Nostra Aetate
La Fundación Nostra Aetate, fundada en 1990 y con sede en el mismo Dicasterio, concede becas a jóvenes de otras religiones, residentes en países extranjeros, que desean profundizar en el conocimiento del cristianismo en las instituciones académicas pontificias de Roma. Una vez finalizados sus estudios, estos jóvenes regresan a sus países para dar a conocer el cristianismo, participando en actividades relacionadas con el diálogo interreligioso. La Fundación también concede subvenciones para apoyar iniciativas locales destinadas a promover el diálogo interreligioso. Desde el punto de vista económico, la Fundación es autónoma y se autofinancia.