Carlo Acutis, un santo millennial para los jóvenes de hoy

Ciudad del Vaticano – Con gran alegría y emoción, la Iglesia Católica celebró este domingo la canonización de dos nuevos santos: Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis. La ceremonia, presidida por el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, congregó a miles de fieles provenientes de distintos países, junto a obispos, sacerdotes, religiosas, delegaciones oficiales y, de manera especial, numerosos jóvenes.

Entre los dos nuevos santos, la atención se centró particularmente en Carlo Acutis, conocido como el “santo millennial”. Nacido en Londres en 1991 y fallecido en Monza en 2006 con apenas 15 años a causa de una leucemia fulminante, Carlo se convierte en el primer santo nacido en la era digital. Su vida sencilla y a la vez extraordinaria demuestra que la santidad no es un ideal lejano, sino una posibilidad concreta en el mundo contemporáneo.

Un joven apasionado por la Eucaristía y la tecnología

El Papa destacó que Carlo “encontró a Jesús en su familia, en la parroquia y sobre todo en la Eucaristía, que era el centro de sus días”. Su amor por la misa diaria y la adoración eucarística lo llevó a afirmar: «Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos. Cuando nos ponemos ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos».

Acutis, amante de la informática, utilizó sus talentos digitales para evangelizar. Creó una página web donde recopiló los milagros eucarísticos del mundo, convencido de que “la Eucaristía es la autopista al cielo”. Su capacidad de integrar la fe con las herramientas tecnológicas lo convierte en un referente cercano para las nuevas generaciones, que encuentran en él un modelo de santidad en medio de la cultura digital.

Santidad en lo cotidiano

El testimonio de Carlo muestra que la santidad no consiste en gestos extraordinarios, sino en vivir el día a día con amor y fidelidad. Supo equilibrar oración, deporte, estudio y amistad, haciendo de cada momento una oportunidad para acercarse a Dios y servir a los demás. Una de sus frases resume su estilo de vida: «La tristeza es mirarse a uno mismo, la felicidad es mirar a Dios».

Aun en medio de la enfermedad, no perdió la esperanza ni la alegría. Poco antes de morir, ofreció sus sufrimientos por la Iglesia y por el Papa. Para él, la muerte no fue un final trágico, sino el inicio de su encuentro definitivo con el Señor.

Un mensaje para los jóvenes de hoy

El Papa León XIV afirmó que Carlo “es un ejemplo de cómo la santidad puede vivirse en la era digital, con sencillez y radicalidad evangélica”. Su canonización marca un hito en la Iglesia, porque muestra a los jóvenes del siglo XXI que no necesitan renunciar a su tiempo ni a sus intereses para ser santos, sino poner todo al servicio de Dios.

Junto a él fue canonizado también Pier Giorgio Frassati, joven turinés del siglo XX comprometido con la Acción Católica, la vida política y el servicio a los pobres, conocido como el “apóstol de los pobres”. Su vida y su célebre lema «Hacia lo alto» siguen inspirando a muchos laicos y familias cristianas.

Sin embargo, Carlo, con su corta vida y su cercanía cultural, se presenta hoy como un santo para la juventud digital, alguien que demuestra que la santidad no es cosa del pasado ni reservada para unos pocos, sino una vocación al alcance de todos.

“Carlo nos recuerda que no debemos malgastar la vida, sino orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra”, dijo el Papa al final de la homilía.

Con su canonización, la Iglesia ofrece a las nuevas generaciones un santo que habla su mismo lenguaje, que supo combinar videojuegos, computadoras y redes sociales con una fe viva y alegre, convirtiéndose en luz y esperanza para los jóvenes de todo el mundo.

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