SANTO DOMINGO. – Con un ambiente de profunda fe y alegría, cientos de fieles se congregaron este domingo en el Santuario de Schoenstatt para conmemorar los 111 años de fundación del Movimiento Apostólico de Schoenstatt.
La jornada comenzó desde las primeras horas de la mañana con el rezo del Santo Rosario, testimonios de fe, confesiones y momentos de oración comunitaria, que prepararon el corazón de los presentes para la solemne Eucaristía, presidida por monseñor Faustino Burgos Brisman, obispo auxiliar de Santo Domingo.
Durante su homilía, monseñor Burgos resaltó el poder transformador de la oración, recordando que “el pueblo de Israel no vencía por su fuerza, sino porque Moisés oraba sin cesar”. Invitó a los fieles a redescubrir el valor de la oración constante, no solo en momentos difíciles, sino como un estilo de vida que fortalece la fe y sostiene la esperanza.
En el marco del Año Jubilar, el obispo explicó que este es un tiempo de gracia y reconciliación en el que los creyentes pueden experimentar de manera especial la misericordia divina. “El Jubileo es una oportunidad para renovar el corazón y volver a Dios con alegría”, expresó.
La celebración reunió a numerosos peregrinos y miembros de la familia schoenstattiana, quienes acudieron al santuario para agradecer los dones recibidos y renovar su compromiso con la misión del Movimiento, fundado por el padre José Kentenich en 1914.
El encuentro concluyó en un ambiente de fraternidad, oración y esperanza, reafirmando la vitalidad de un movimiento que continúa creciendo y evangelizando, inspirado en la alianza de amor con María.