León XIV: “Ser Iglesia sinodal significa reconocer que la verdad no se posee, sino que se busca juntos”

Durante el Jubileo de los Equipos Sinodales y los Órganos de Participación, el Papa León XIV exhortó a toda la Iglesia a redescubrir la comunión como camino de humildad, servicio y unidad.

by José Medrano
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Durante la celebración del Jubileo de los Equipos Sinodales y los Órganos de Participación, el Papa León XIV pronunció una homilía centrada en la sinodalidad como camino de unidad, amor y servicio, exhortando a toda la Iglesia a redescubrir su identidad como pueblo de Dios en comunión.

El Santo Padre recordó que la Iglesia “no es una simple institución ni se define por jerarquías o estructuras”, sino que es signo del amor de Dios que une a la humanidad en una sola familia. “El Concilio Vaticano II nos enseña que la Iglesia es el signo visible de la unión entre Dios y los hombres”, afirmó.

En su mensaje, León XIV explicó que los equipos sinodales y órganos de participación son un reflejo vivo de cómo debe actuar la Iglesia: guiada por el Espíritu Santo y no por la lógica del poder.

 “La regla suprema en la Iglesia es el amor. Nadie está llamado a mandar, todos estamos llamados a servir; nadie debe imponer sus ideas, todos debemos escucharnos; nadie está excluido, todos estamos invitados a participar”, subrayó el Papa.

 

A partir de la parábola del fariseo y el publicano, el Pontífice advirtió que la vida cristiana se desvirtúa cuando predomina el orgullo o el afán de superioridad.

“El fariseo, al alabarse a sí mismo, no se encuentra con Dios ni con los demás. Lo mismo puede ocurrir en nuestras comunidades cuando el yo prevalece sobre el nosotros”, advirtió.

 

El Papa animó a mirar el ejemplo del publicano, cuya humildad abre espacio al amor y a la gracia.

“También en la Iglesia debemos reconocer nuestra necesidad de Dios y de los demás. Caminar juntos es aprender a servir, a escuchar, a construir comunión”, dijo León XIV, recordando las palabras del Papa Francisco: “Caminar juntos significa ser tejedores de unidad”.

 

Durante su reflexión, el Santo Padre pidió que los miembros de los equipos sinodales ayuden a promover una Iglesia colegial, acogedora y guiada por el discernimiento del Espíritu.

 “Ser Iglesia sinodal significa comprender que la verdad no se posee, sino que se busca juntos, con humildad y amor”, expresó.

 

Finalmente, León XIV exhortó a soñar con una Iglesia humilde, “que no se enaltezca como el fariseo, sino que se incline para lavar los pies de la humanidad”.

 “Comprometámonos —dijo— a construir una Iglesia totalmente sinodal, ministerial y apasionada por Cristo, que sirva al mundo con alegría”.

 

Antes de concluir, el Papa invocó la intercesión de la Virgen María, citando al Siervo de Dios Don Tonino Bello:

 “Santa María, mujer de la convivencia, alimenta en nuestras Iglesias el anhelo de comunión y ayúdanos a superar las divisiones internas”.

 

Con un llamado final a vivir arraigados en el amor de Dios, el Papa León XIV pidió que toda la Iglesia sea “testigo de unidad y amor en medio del mundo”.

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