Ciudad del Vaticano.– En un ambiente de fraternidad y cercanía, el Papa León XIV recibió en audiencia a los miembros de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL), quienes peregrinaron a Roma con motivo del Jubileo del mundo educativo.
Durante su discurso, el Santo Padre expresó su alegría por la presencia de los representantes universitarios y los animó a continuar fortaleciendo los lazos de colaboración y afecto que caracterizan a esta red de instituciones católicas. “Su peregrinación a Roma es un signo visible de los lazos de colaboración y afecto que deben caracterizar a su Organización”, afirmó.
El Papa León XIV dirigió un saludo especial al Padre Anderson Antonio Pedroso, S.I., presidente de la ODUCAL, así como a todos los miembros que, desde diversos roles, sirven a la misión educativa de la Iglesia.
El Pontífice recordó que las universidades católicas están llamadas a ser “centros incomparables de creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad”, donde el esfuerzo conjunto de la fe y la inteligencia permita a los hombres alcanzar la plenitud de su humanidad.
Asimismo, destacó el papel histórico de la Iglesia en el desarrollo educativo del continente americano, recordando que las primeras universidades —como las de Santo Domingo, San Marcos de Lima y México— nacieron de la iniciativa de obispos, religiosos y misioneros que comprendieron que anunciar a Cristo era parte esencial del mensaje cristiano.
En su mensaje, el Papa exhortó a las universidades católicas a seguir siendo “itinerarios de la mente hacia Dios”, buscando el desarrollo integral de la persona humana y formando “inteligencias con sentido crítico, corazones creyentes y ciudadanos comprometidos con el bien común”.
Finalmente, el Santo Padre encomendó a todos los miembros de la ODUCAL a la intercesión de la Virgen María, Trono de la Sabiduría, y los animó a continuar su misión educativa “con excelencia, competencia y profesionalidad”.
“Que, como María, sean dóciles a la acción de Aquél que es la Sabiduría misma, Jesucristo nuestro Señor. Que Dios los bendiga”, concluyó el Papa.
