“Caminemos como hijos de la luz”: Mons. Morel Diplán motiva a vivir un Adviento de renovación y esperanza

El arzobispo invitó a vivir un Adviento vigilante, abiertos a la gracia y a la luz que renueva la esperanza cristiana.

by José Medrano
0 comments

Santo Domingo. – Con una Eucaristía solemne celebrada en la Parroquia San Antonio de Padua, Mons. Carlos Tomás Morel Diplán, arzobispo coadjutor de la Arquidiócesis de Santo Domingo, dio inicio oficial al tiempo de Adviento, marcando para toda la Iglesia local el comienzo del nuevo camino litúrgico hacia la Navidad.

La celebración abrió con la bendición de la corona de Adviento, signo que recuerda el itinerario espiritual de cuatro semanas en el que la Iglesia se dispone a recibir el nacimiento de Cristo. Desde esta comunidad parroquial, Mons. Morel Diplán inauguró el tiempo de esperanza, preparación y renovación interior.

Un Adviento para caminar como hijos de la luz

En su homilía, Mons. Morel Diplán invitó a los fieles a asumir el Adviento como un camino personal y comunitario, inspirado en las palabras del profeta Isaías: “Caminemos como hijos de la luz”. Señaló que este tiempo no debe vivirse de forma pasiva, sino como un movimiento de conversión que involucra decisiones concretas y un compromiso renovado con la fe.

Explicó que el Adviento comienza en el corazón de cada creyente:

“No es solo que estamos en Adviento; es que yo debo hacer mi Adviento. Cada uno debe comenzar su camino personal para recibir a Cristo en su vida.”

El arzobispo alentó a los presentes a irradiar la luz de Cristo a través de actitudes sencillas: una palabra amable, un gesto generoso, una presencia que consuele, una sonrisa que ilumine. Recordó que la primera luz llamada a transformar la sociedad es la que brota de la fidelidad y el testimonio del cristiano.

“Estar en vela”: no perder de vista lo esencial

Uno de los acentos más fuertes del mensaje de Mons. Morel Diplán fue la llamada del Evangelio a estar en vela, una invitación que consideró esencial para vivir con autenticidad estas semanas.

Subrayó que este tiempo del año suele estar lleno de prisas, compromisos, celebraciones y distracciones que pueden desviar la mirada del centro del Adviento:

“Podemos preparar la casa, adornar el árbol, colocar luces y organizar cenas… pero olvidar preparar el corazón para Cristo. La vigilancia es necesaria para no perder lo esencial.”

El arzobispo explicó que estar en vela significa mantener el corazón despierto, atento a la voz de Dios, sensible a las necesidades del prójimo y consciente de que Cristo viene a nuestro encuentro en cada momento.

Advirtió que la sociedad moderna vive muchas veces dispersa en lo superficial, mientras descuida lo profundo y lo verdaderamente valioso. Por eso, insistió en que la vigilancia espiritual debe incluir:

  • Tiempo para la oración.

  • Lectura atenta de la Palabra.

  • Silencio interior.

  • Reflexión sobre la propia vida.

  • Actitudes que fortalezcan la relación con Dios y con los hermanos.

“El Adviento nos llama a abrir los ojos, a despertar el alma, a no dejarnos arrastrar por el ruido. Estar en vela es estar con la mirada puesta en Cristo.”

Renovar la relación con Dios

Mons. Morel Diplán invitó también a recuperar la intimidad con Dios, especialmente si durante el año la vida espiritual se ha debilitado. Destacó que este tiempo ofrece un espacio oportuno para retomar la oración personal, los encuentros comunitarios, los retiros y todo aquello que ayude a reencontrarse con la fe.

Una luz que transforma los ambientes

El arzobispo coadjutor recordó que el cristiano debe reflejar la luz de Cristo en cada lugar donde se encuentre: familia, comunidad, trabajo, vecindario o iglesia. Insistió en que por donde pase un hijo de la luz debe sentirse su presencia transformadora, su alegría y su testimonio coherente.

“La luz que debe admirar el mundo no es la que vemos en las calles, sino la que tú y yo irradiamos con nuestra vida.”

Comienzo solemne del camino hacia la Navidad

Con esta celebración, la Iglesia arquidiocesana se abre plenamente al espíritu del Adviento, un tiempo que invita a la vigilancia, a la preparación interior y a mantener la mirada firme en Cristo, para celebrar con alegría su nacimiento en nuestros corazones.


Related Posts

Leave a Comment