Del 5 al 7 de diciembre, un total de 86 diáconos permanentes de la Arquidiócesis de Santo Domingo participaron en un retiro espiritual celebrado íntegramente en la Escuela de Evangelización San Juan Pablo II. Durante estos días, los diáconos vivieron un espacio de renovación interior, crecimiento fraterno y profundización en la comunión diaconal que sostiene su misión dentro de la Iglesia. En medio de las demandas cotidianas, este encuentro se convirtió en un oasis donde el silencio, la oración y la escucha de la Palabra reavivaron la llama del servicio.
El sábado, los participantes recibieron la visita de Mons. Carlos Morel Diplán, Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo, quien presidió la Eucaristía y compartió un mensaje de ánimo y cercanía pastoral. En su homilía, Mons. Morel exhortó a los diáconos a vivir su vocación con un corazón humilde, disponible y profundamente unido a Cristo Siervo. Subrayó que la vocación diaconal es un llamado auténtico de Dios, no una idea pasajera ni una simple respuesta a necesidades pastorales.
Asimismo, recordó que el ministerio del diácono no se reduce al altar, sino que constituye una misión permanente que abarca la familia, el barrio, el trabajo y cada espacio donde se pueda anunciar el Evangelio “a tiempo y destiempo”. Los invitó a ser luz en sus hogares, modelos de esperanza para sus hijos y testigos confiables de bondad y coherencia en la sociedad.
El retiro concluyó como un momento de profunda renovación espiritual y de reafirmación del compromiso de estos 86 servidores, llamados a ser presencia viva de Cristo Servidor en sus comunidades.
