Con la ayuda de Jesús uno puede cambiar de vida si reconoce su pecado y quiere comenzar de nuevo, explicó el Papa Francisco en la Misa que celebró a primera hora de la mañana en la Capilla de la Casa Santa Marta.
Como siempre, comentó las lecturas del día, en las que “se nos habla de renovación”, y se afirma que todo será cambiado “de lo feo a lo hermoso, de lo malo a lo bueno”.
Es lo mismo que hacía Jesús cuando “hacía ver un camino de cambio a la gente y por eso la gente lo seguía”. “Lo seguían porque el mensaje de Jesús llegaba al corazón”, explicó.
“Pero esto que hacía Jesús no era solamente un cambio de lo feo a lo hermoso, de lo malo a lo bueno, Jesús ha hecho una transformación. No es un problema de hacer algo hermoso, no es un problema de maquillaje: ¡ha cambiado todo desde dentro!».
“Ha cambiado con una recreación: Dios había creado el mundo; el hombre ha caído en pecado: viene Jesús a recrear el mundo. Y este es el mensaje, el mensaje del Evangelio, que se ve claro: antes de curar a ese hombre, Jesús perdona sus pecados. Va allí, a la re-creación, re-crea a ese hombre pecador en justo: lo re-crea como justo. Lo hace nuevo, totalmente nuevo. Y esto escandaliza. ¡Esto escandaliza!”.
Francisco pidió que el Señor “nos ayude a prepararnos para la Navidad con gran fe” porque “por la curación del alma, por la curación existencial la re-creación que lleva Jesús se requiere una gran fe”.
“Ser transformados, esta es la gracia de la salud que lleva Jesús”, añadió.
El Papa destacó que es necesario vencer la tentación de “yo no puedo con ello” y dejarse “re-crear por Jesús”. “Todos somos pecadores, pero mira la raíz de tu pecado y que el Señor vaya más allá y la re-cree; y esa raíz amarga florecerá, florecerá con las obras de justicia; y tú serás un hombre nuevo, una mujer nueva”.
El Santo Padre invitó a acudir al sacramento de la confesión y a confesar los pecados “con nombre y apellidos”. “Yo he hecho esto, esto, esto y me avergüenzo dentro del corazón, y abro el corazón: ‘Señor, lo único que tengo. ¡Recréame, recréame!’. Y así tendremos la valentía de ir con la verdadera fe hacia Navidad!”.
A veces “buscamos esconder la gravedad de nuestros pecados”, por ejemplo, cuando disimulamos la envidia y esto “es algo muy feo”. “Es como el veneno de serpiente” que busca “destruir al otro”.
Por eso hay que ir “al fondo de nuestros pecados y después darlos al Señor, para que Él los borre y nos ayude a ir hacia delante con fe”.
A continuación, contó una anécdota de un santo “estudioso de la Biblia” que tenía un carácter muy fuerte y pedía perdón a Dios: “El Santo, hablando con el Señor decía: ‘¿estás contento Señor?’. ‘¡No!’. ‘¡Pero te he dado todo!’. ‘No, falta algo’. Y este pobre hombre hacía otra penitencia, otra oración, otra vigilia: ‘Te he dado esto, Señor, ¿está bien?’. ‘¡No!’. ‘Falta algo’. ‘¿Pero que falta Señor?’. ‘¡Faltan tus pecados! ¡Dame tus pecados! Esto es lo que hoy el Señor nos pide a nosotros: ‘¡Ánimo! Dame tus pecados y te haré un hombre nuevo y una mujer nueva’”.
Lecturas comentadas por el Papa:
Primera lectura
Isaías 35:1-10
1 Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor;
2 estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Se verá la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.
3 Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes.
4 Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendrá y os salvará.
5 Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán.
6 Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa,
7 se trocará la tierra abrasada en estanque, y el país árido en manantial de aguas. En la guarida donde moran los chacales verdeará la caña y el papiro.
8 Habrá allí una senda y un camino, vía sacra se la llamará; no pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán.
9 No habrá león en ella, ni por ella subirá bestia salvaje, no se encontrará en ella; los rescatados la recorrerán.
10 Los redimidos de Yahveh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y suspiros!
Evangelio
Lucas 5:17-26
17 Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones.
18 En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él.
19 Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús.
20 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados.»
21 Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?»
22 Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones?
23 ¿Qué es más fácil, decir: «Tus pecados te quedan perdonados», o decir: «Levántate y anda»?
24 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados, – dijo al paralítico -: «A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».»
25 Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios.
26 El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles.»
Fuente: www.aciprensa.com