Un año intenso para Francisco, con muchos viajes y muchos encuentros personales, con un único objetivo: anunciar la buena noticia de la misericordia de Dios.
También este año el Papa Francisco nos ha regalado una sencilla catequesis, para todos, sobre el amor de Dios. La tarea más importante es anunciar el Evangelio, ha dicho, y en este 2019 lo hizo a través de 41 audiencias generales (con los ciclos sobre el Padrenuestro y los Hechos de los Apóstoles), 56 Ángelus y Regina Coeli, más de 60 homilías en celebraciones públicas, 44 homilías en Santa Marta (sin contar los mensajes, cartas, documentos, entrevistas que se han convertido en libros y unos 260 discursos públicos).
Certezas, no confusión
Francisco ha recordado a todos que en el fundamento de nuestro vivir hay una consoladora certeza: Dios nos ama y en Jesús dio su vida por nosotros. Se trata del mensaje central de toda su misión (Evangelii gaudium, texto programático del Pontificado de Francisco). Nos ha invitado a recordar la «fe sencilla pero robusta» de las madres y abuelas, que les ha dado «fuerza y constancia para ir adelante», «una fe casera que pasa desapercibida, pero que va construyendo poco a poco el Reino de Dios». Una fe que no se deja confundir, porque está fundada en lo esencial del Evangelio.
Fe e idolatría
El Santo Padre nos ha exhortado a adorar al único y verdadero Dios, Uno y Trino, en una sociedad que se está volviendo cada vez más pagana. «La idolatría», ha afirmado, «no es sólo ir a un templo pagano y adorar una estatua. No, la idolatría es una actitud del corazón«, es cuando prefieres una cosa porque resulta más cómoda y olvidas al Señor. Los ídolos han cambiado de nombre, pero están más presentes que nunca: el ídolo del dinero, del éxito, de la carrera, de la autorrealización, del placer, y todos aquellos ídolos que prometen la felicidad pero no la dan, al contrario, esclavizan, nos roban el amor. Los ídolos -dice el Papa- prometen la vida, pero en realidad la quitan, mientras que el verdadero Dios no pide la vida, sino que la dona.
El fariseo dentro de nosotros no se deja corregir
Las palabras del Papa a veces han sido fuertes, como sabían ser las de Jesús. En el fondo, es su vicario. Como Él, amonesta de modo particular la actitud farisaica de aquellos que se consideran justos, más ortodoxos, mejores que los demás. Es «la religión del yo», con sus ritos y oraciones, de aquellos que «se confiesan católicos, pero se han olvidado ser cristianos y humanos«, han olvidado rendir «el verdadero culto a Dios, que pasa siempre a través del amor al prójimo». Francisco propone el camino de la autoacusación: en todos nosotros -observa- «el fariseo» siempre se levanta, presuntuoso, campeón en la justificación de sí mismo. El camino de la fe es tener siempre la humildad de dejarse corregir.
Mansedumbre contra los ataques
Como las palabras fuertes de Jesús, también las del Papa tienen un doble efecto: uno sale convertido o aún más endurecido. De ahí las resistencias internas y los ataques. Francisco no teme un cisma: lo dijo durante el vuelo de regreso de África. «Hoy – ha observado- tenemos muchas escuelas de rigidez dentro de la Iglesia, que no son cismas sino vías cristianas pseudo-cismáticas, que terminarán mal», porque detrás de esta actitud rígida «no está la santidad del Evangelio«. El Papa nos invita a responder al mal con el bien, a «ser mansos con las personas que están tentadas de hacer estos ataques», porque «están atravesando un problema» y deben ser acompañados «con mansedumbre». Temen que la Iglesia de hoy ya no sea católica, ponen en boca del Pontífice palabras nunca dichas: pero ningún dogma ha cambiado, sólo hay un paso adelante en la acogida y en la misericordia, las devociones no han sido canceladas, sólo hay la invitación a vivirlas con el corazón. La pregunta es: ¿conseguirán los cristianos ser misericordiosos entre sí?
Sínodo sobre el Amazonas: la conversión a Jesús, el centro es Él
El pasado mes de octubre se celebró el Sínodo para la región panamazónica. El Santo Padre repitió muchas veces la palabra «conversión», que es el concepto que encontró su lugar en el Documento Final como la principal exhortación de la asamblea. El Sínodo ha pedido una cuádruple conversión: sinodal, porque la Iglesia debe ser cada vez más un caminar juntos y no divididos o solos; cultural, porque hay que saber hablar a las diferentes culturas; ecológica, porque la explotación egoísta del medio ambiente lleva a la destrucción de los pueblos; pastoral, porque el anuncio del Evangelio es urgente. En la base de estas cuatro conversiones está la única conversión al Evangelio vivo, que es Jesús. La verdadera conversión es dejarse de lado -dice Francisco-, descentrarse, poner a Cristo en el centro y dejar que el Espíritu Santo sea el protagonista de nuestra vida.
Lucha contra los abusos, dentro y fuera de la iglesia
El encuentro de febrero en el Vaticano puede definirse como histórico: los responsables de las Iglesias de todos los continentes afrontaron el flagelo del abuso sobre menores en el ámbito eclesial ante el mundo entero con valentía y transparencia. En el discurso en la conclusión del encuentro, Francisco recordó, citando los datos, que la mayoría de los abusos son llevados a cabo por miembros de la familia y educadores, por lo tanto en el ámbito doméstico, escolar, deportivo y eclesial, sin contar la plaga del turismo sexual y otras violencias. El hecho de que sea «un problema universal y transversal que desgraciadamente se encuentra en todas partes«, precisó, «no disminuye su monstruosidad en el seno de la Iglesia», donde se vuelve aún más grave y escandaloso, «porque va en contra de su autoridad moral y su credibilidad ética». Con el Motu proprio Vos estis lux mundi, el Papa ha establecido nuevos procedimientos para señalar abusos, acosos y violencias, y para asegurar que los obispos y los superiores religiosos rindan cuentas de sus actos. Se ha introducido la obligación de que los clérigos y los religiosos señalen los abusos. Cada diócesis debe dotarse de un sistema de fácil acceso al público para recibir las señalaciones. Francisco también abolió el secreto pontificio para estos casos y cambió la norma relativa al delito de pornografía infantil para incluir en el caso de «delicta graviora» -los delitos más graves- la detención y difusión de imágenes pornográficas en las que aparezcan menores de 18 años.
Reforma: estructuras más misioneras
Continúan los trabajos del Consejo de Cardenales (el C6) para reformar la Curia Romana de manera que todas las estructuras de la Iglesia sean más misioneras. Se está ultimando el examen del borrador de la nueva Constitución Apostólica, cuyo título provisional es «Praedicate evangelium» para significar que el principal servicio que debe prestar la Santa Sede es el de anunciar el Evangelio. El Papa ha reformado, mientras tanto, el papel del Decano del Colegio Cardenalicio: ha aceptado la renuncia del Cardenal Sodano, en el cargo desde 2005, y con un Motu proprio ha hecho que el nombramiento tenga caducidad: cinco años, eventualmente renovables.
Que el dinero esté al servicio del Evangelio y de los pobres
La reforma en el ámbito financiero también está avanzando, en términos de transparencia y contención de costes. El Papa Francisco renovó el Estatuto del Ior: se ha introducido de forma permanente la figura del Auditor Externo para la verificación de las cuentas según los estándares internacionales. Se han especificado los principios católicos que subyacen a la misión del IOR, para que sea más fiel a su misión original. El jesuita Juan Antonio Guerrero Alves ha sido nombrado Prefecto de la Secretaría de Economía. El Papa ha autorizado una investigación por parte de la justicia vaticana sobre varias personas al servicio de la Santa Sede en relación con algunas operaciones financieras. Y a propósito del Óbolo de San Pedro, ha especificado que es buena administración hacer rentable el dinero recibido y no ponerlo en un cajón. Pero la inversión debe ser siempre «moral», para que el dinero esté al servicio de la evangelización y de los pobres.
Redescubrir la Palabra de Dios para conocer a Jesús
Con la Carta Apostólica «Aperuit illis», del 30 de septiembre, el Papa estableció el domingo de la Palabra de Dios, un día especial para exhortar a todos los fieles a leer y meditar la Biblia, porque -como decía san Jerónimo- «la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo». Es necesario redescubrir la importancia fundamental de una Palabra que cambia concretamente la vida. La cita solemne se fija cada año en el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario (en 2020 será el 26 de enero).
Nunca se pierda la hermosa tradición del pesebre
El 1 de diciembre, Francisco firmó en Greccio la Carta Apostólica Admirabile signum, en la que exhorta a redescubrir y revitalizar la hermosa tradición del Belén. La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús – escribió – equivale a anunciar el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría. Es un acto de evangelización, hermoso de ver «en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas».
Cristianos perseguidos: hay más hoy que ayer
Francisco no se cansa de denunciar la persecución anticristiana. Hoy – repitió – hay más mártires que en los primeros tiempos del cristianismo. En enero, la Corte Suprema de Pakistán absolvió definitivamente a Asia Bibi de la injusta acusación de blasfemia por la que había sido condenada a muerte. La mujer, católica y madre de cinco hijos, estaba en la cárcel desde 2009. Dejó el país con su familia. Tanto Benedicto XVI como el Papa Francisco habían seguido el caso con gran discreción, por razones de seguridad. Una de las hijas, Eisham, encontró a Francisco el año pasado llevándole el beso de su madre. El Papa le dijo: «Pienso muy a menudo en tu madre y rezo por ella. Y la definió «una maravillosa mujer mártir». El 21 de abril fue Pascua: un ataque de extremistas islámicos contra las Iglesias cristianas de Sri Lanka provocó la muerte de más de 250 personas en oración. El llamamiento del Papa llegó el mismo día. Pero Francisco también denunció los ataques contra otras religiones, como el de las mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, el pasado 15 de marzo, con más de 50 víctimas.
Defender la familia y la vida, toda vida
El 25 de marzo en Loreto, el Papa reiteró que «la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esenciales» y su representante en la ONU, Mons. Bernardito Auza, recordó sus palabras sobre la ideología de género: es un «paso atrás» para la humanidad. Francisco defiende la vida desde la concepción hasta su fin natural. Intervino directamente en nombre de Vincent Lambert, el enfermero francés de 42 años en estado de mínima conciencia, que fue dejado morir en julio pasado: «No construyamos – fue su admonición – una civilización que elimine a las personas cuyas vidas creemos que ya no son dignas de ser vividas: toda vida tiene valor, siempre». La mirada del Papa es a 360°: se defiende siempre la vida, los derechos y la dignidad, desde la de los niños no nacidos hasta la de los que sufren hambre o violencia, la de los enfermos y los ancianos hasta las de los migrantes que corren el riesgo de morir en busca de un futuro mejor. La justicia no es selectiva, no es para algunas categorías humanas y otras no, es universal.
A los jóvenes: descubran el amor de Dios y vayan a contracorriente
Este año el Papa ha publicado la Exhortación Apostólica «Christus vivit», fruto del Sínodo sobre los jóvenes celebrado en el Vaticano en octubre de 2018. Este es el incipit: «Cristo vive. Él es nuestra esperanza y la más hermosa juventud de este mundo. (…) Por lo tanto, las primeras palabras que quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere vivo!» El Papa escribió: «Pidamos al Señor que libere a la Iglesia de los que quieren avejentarla, esclerotizarla en el pasado, detenerla, volverla inmóvil. También pidamos que la libere de otra tentación: creer que es joven porque cede a todo lo que el mundo le ofrece, creer que se renueva porque esconde su mensaje y se mimetiza con los demás. No. Es joven cuando es ella misma». Francisco ha propuesto caminos de fraternidad para vivir la fe, evitando «el riesgo de encerrarse en pequeños grupos». Y ha invitado a los jóvenes a vivir el compromiso social en contacto con los pobres y a ser protagonistas del cambio hacia una civilización más justa y fraterna. Finalmente, les ha exhortado ser «misioneros valientes», dando en todas partes testimonio del Evangelio con sus vidas, incluso yendo contracorriente, especialmente contra las llamadas colonizaciones ideológicas.
Viajes internacionales: paz para el mundo, porque somos hermanos
En este 2019, Francisco realizó 7 viajes internacionales visitando 11 países en 4 continentes, un año récord para sus misiones extra-italianas. Anunció el Evangelio en Panamá para la Jornada Mundial de la Juventud; en los Emiratos Árabes Unidos firmó el histórico Documento sobre la Fraternidad Humana con el Gran Imán de al Azhar; en Marruecos reiteró la importancia del diálogo interreligioso; en Bulgaria, Macedonia del Norte y Rumanía habló de la unidad de los cristianos; En Mozambique, Madagascar y Mauricio, levantó con fuerza su voz en defensa de los pobres y de la Creación; en Tailandia, realizó llamamientos para la promoción de los derechos de las mujeres y los niños, y en Japón, un viaje centrado en la paz, reiteró que es inmoral no sólo el uso sino también la posesión de armas nucleares.
Santos y Beatos: mártires, laicos y con la púrpura
También este año han habido numerosas canonizaciones y beatificaciones. Muchos mártires de todos los continentes e ideologías: muchos fueron asesinados por odio a la fe durante la Guerra Civil española: murieron perdonando a los asesinos. Otros, como los siete obispos de la Iglesia greco-católica de Rumanía beatificados por Francisco en Blaj, son mártires del régimen comunista; otros, como el obispo argentino Enrique Angelelli y sus compañeros, fueron víctimas de las dictaduras de derecha. Pero también hay santos laicos, como los suizos de las Bahías Margarita, santos de «la puerta de al lado» que vivieron su vocación en la familia, en medio de mil dificultades. Y hay santos cardenales, como John Henry Newman, un anglicano convertido a la fe católica.
Sacerdote durante cincuenta años, por la misericordia de Dios
En 2019 el Papa celebró 50 años de sacerdocio. Su vocación se remonta al 21 de septiembre de 1953, en la memoria de San Mateo, el publicano convertido por Jesús: durante una confesión hizo una profunda experiencia de la misericordia de Dios. Es una alegría inmensa que le empuja a tomar una decisión «para siempre»: hacerse sacerdote para devolver a los demás la misericordia recibida. El sacerdote, dice Francisco, vive entre la gente con el corazón misericordioso de Jesús. Hoy es el tiempo de la misericordia. La Iglesia lo comprende cada vez más en su recorrido histórico: con Juan XXIII da un paso importante en esta dirección, continuado por todos sus sucesores, en particular por Juan Pablo II que instituyó el Domingo de la Divina Misericordia, inspirándose en Santa Faustina Kowalska. Un día, todos, indistintamente, invocaremos ese exceso de la misericordia de Dios que quizás hasta ahora no hemos entendido.
Fuente: VaticanNews