En un mensaje de Pentecostés, los presidentes regionales del Consejo Mundial de Iglesias reflexionan sobre la poderosa presencia de Dios en este tiempo de pandemia.
«La iglesia nació en medio del tumulto, y aun así, emergió del caos con un mensaje poderoso y, sin duda, transformador, que es relevante en todas las culturas y contextos»: lo escriben en el mensaje de Pentecostés, los presidentes del Consejo Mundial de Iglesias este 12 de mayo, asegurando que «como en el primer Pentecostés, así ha de ser otra vez hoy».
De manera similar, aunque hoy “el nuevo coronavirus ha puesto al mundo entero en jaque, ha sembrado el pánico y el caos, ha enfermado a millones de personas y ha matado a cientos de miles”, causando “importantes estragos en las economías” y trastornando la vida comunitaria y sorteando “los más sofisticados sistemas sanitarios mundiales y locales”, “los cristianos, – asegura el mensaje – estamos vinculados entre nosotros y con los primeros discípulos para proclamar, como hicieron ellos, que el Dios de vida aún está con nosotros”.
“Espíritu nos infunde el valor para hacer frente al dolor y al sufrimiento. El Espíritu nos hace capaces de afrontar y superar este virus a través de una generosa cooperación, con nuestra mejor asistencia médica y pastoral, y, sobre todo, con amabilidad amorosa para todos los hijos de Dios”
Los presidentes del CMI concluyen el mensaje afirmando que “el Espíritu de Dios también es pan-demos. Llega a todas las personas y cruza todas las barreras, aunque de una forma que infunde vida, no muerte”. De ahí la invitación a rezar en este Pentecostés “para que la lucha contra esta pandemia derrame las energías del Espíritu sobre todo el pueblo de Dios y renueve, no solo la iglesia, sino la faz de la Tierra”.
Fuente: VaticanNews