El Arzobispo Gómez felicitó al candidato demócrata indicado como ganador: «Reconocemos que se une al difunto Presidente John F. Kennedy como el segundo Presidente de los Estados Unidos en profesar la fe católica».
El arzobispo José H. Gomez, de Los Ángeles, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos emitió la siguiente declaración sobre las elecciones presidenciales de 2020:
Damos gracias a Dios por la bendición de la libertad. El pueblo estadounidense ha hablado en esta elección. Ahora es el momento de que nuestros líderes se reúnan con espíritu de unidad nacional y se dispongan a dialogar y a comprometerse por el bienestar común.
Como católicos y estadounidenses, nuestras prioridades y misión son claras. Estamos aquí para seguir a Jesucristo, dar testimonio de su amor en nuestras vidas y construir su Reino en la tierra. Creo que, en este momento de la historia de Estados Unidos, los católicos tienen el deber especial de ser pacificadores, promover la fraternidad y la confianza mutua y orar por un espíritu renovado de verdadero patriotismo en nuestro país.
La democracia requiere que todos nosotros nos comportemos como personas virtuosas y autodisciplinadas. Eso requiere que respetemos la libre expresión de opiniones y que nos tratemos los unos a los otros con caridad y civismo, aunque podamos estar profundamente en desacuerdo en nuestros debates sobre cuestiones de leyes y políticas públicas.
Al hacer esto, reconocemos que Joseph R. Biden, Jr., ha recibido suficientes votos para ser elegido el 46º presidente de Estados Unidos. Felicitamos al Sr. Biden y reconocemos que se une al difunto presidente John F. Kennedy como el segundo presidente de Estados Unidos en profesar la fe católica. También felicitamos a la Senadora Kamala D. Harris, de California, quien se convierte en la primera mujer en la historia en ser elegida como vicepresidenta.
Le pedimos a la Santísima Virgen María, patrona de esta gran nación, que interceda por nosotros. Que ella nos ayude a trabajar juntos para cumplir la hermosa visión de los misioneros y fundadores de Estados Unidos: una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión.