San Luis Martin y Santa Celia Guérin, padres de Santa Teresita de Lisieux, marcaron un hito en la historia de la Iglesia Católica: fueron la primera pareja matrimonial en ser canonizada en una misma ceremonia. Los padres de santa Teresita de Lisieux se casaron en la iglesia de Nuestra Señora de Alençon, hace 150 años, el 13 de julio 1858.
“Los santos esposos (…) vivieron el servicio cristiano en la familia, construyendo cada día un ambiente lleno de fe y de amor; y en este clima brotaron las vocaciones de las hijas, entre ellas Santa Teresa del Niño Jesús”, dijo el Papa Francisco el 18 de octubre de 2015, durante la misa en la que se celebró la canonización de los padres de Santa Teresita.
La historia de los esposos Martin-Guerin está llena de episodios ejemplares, no exentos de dolor y dificultades, que fueron capeados con la ayuda de la Gracia divina. Como muchas familias hoy, los Martin, después de diecinueve años de matrimonio y ante la crisis económica que asolaba Francia en ese momento, se vieron obligados a dejar la tierra en la que había vivido siempre y trasladarse a Lisieux. El deseo de los padres de Teresita era garantizar el bienestar y el futuro a sus hijos.
Luis Martín trabajó como relojero y joyero mientras Celia Guérin se convirtió en pequeña empresaria, dirigiendo un taller de bordado. Junto con sus cinco hijas, emplearon tiempo, esfuerzo y dinero en solventar los gastos domésticos y ayudar a quienes a su alrededor tenían necesidad.
Luis Martin nació en Burdeos (Francia) en 1823 y falleció en Arnières-sur-Iton (Francia) en 1894. Mientras que Maria Celia Guérin nació en San Saint-Denis-Sarthon (Francia) en 1831 y falleció en Alençon (Francia) en 1877.
Ambos fueron personas devotas desde muy jóvenes. Durante su juventud y antes de conocerse, María Celia quiso ser religiosa en el monasterio de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, mientras que Luis Martin sintió el deseo de consagrar su vida a Dios y se presentó al monasterio del Gran San Bernardo. Ninguno de los dos fue aceptado; Dios tenía un plan distinto para ellos.
Los jóvenes se conocieron y el entendimiento y el amor fue tan rápido y grande entre los dos que contrajeron matrimonio el 13 de julio de 1858, a solo tres meses de su primer encuentro. Llevaron una vida matrimonial ejemplar: misa diaria, oración personal y comunitaria, confesión frecuente, participación en la vida parroquial. De la unión de ambos nacieron nueve hijos, cuatro de los cuales murieron prematuramente.
Entre las cinco hijas que sobrevivieron estaba Santa Teresita, la futura Santa Patrona de las Misiones, quien ha sido una fuente invalorable para comprender la santidad de sus padres: Ellos educaron a sus hijas para ser buenas cristianas y ciudadanas honradas.
Entre 1882 y 1887, Luis acompañó a tres de sus hijas al Carmelo. El sacrificio mayor fue separarse de Teresa, que ingresó a la Orden Carmelita a los 15 años, e iniciaría su camino a la santidad.