Santo Domingo, 17 de abril de 2025 — En el marco del Jueves Santo, inicio del Triduo Pascual, la Arquidiócesis de Santo Domingo celebró la tradicional Misa Crismal en la Catedral Primada de América, presidida por Su Excelencia Reverendísima Mons. Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América.
La solemne Eucaristía contó con la concelebración del Obispo Auxiliar Mons. José Amable Durán Tineo, del Obispo Auxiliar emérito Mons. Benito Ángeles Fernández y de Mons. Daniel Lorenzo Vargas, además de la participación de todos los sacerdotes, diáconos y fieles laicos de toda la Arquidiócesis.
Durante la homilía, Mons. Ozoria reflexionó sobre tres pilares fundamentales de la vida sacerdotal:
- La vocación, como don gratuito de Dios, recibido en humildad por “vasijas de barro”.
- La unción, que consagra a los sacerdotes para una misión liberadora, evangelizadora y sanadora.
- La misión, que debe ejercerse en comunión y sinodalidad, superando el individualismo y promoviendo una Iglesia fraterna, participativa y solidaria.
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido… para llevar la Buena Noticia a los pobres”, citó el Arzobispo, enfatizando que esa misión no caduca con los años ni con el cansancio, sino que se renueva con el Espíritu de Dios y en comunión con todo el pueblo sacerdotal.
Uno de los momentos más significativos fue la renovación de las promesas sacerdotales, mediante la cual los presbíteros reafirmaron su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Asimismo, se llevó a cabo la bendición de los Óleos de los catecúmenos y de los enfermos, así como la consagración del Santo Crisma, utilizados en la administración de los sacramentos a lo largo del año.
La celebración fue solemnemente ambientada por el Coro de Santo Domingo Oeste, aportando un clima de espiritualidad y recogimiento.
Al finalizar la Misa, los Santos Óleos fueron entregados a los Arciprestes de las zonas pastorales de las vicarías territoriales Este, Norte, Oeste, Distrito Nacional y Santo Cristo de los Milagros (Bayaguana-Monte Plata), marcando así la conexión entre la Catedral y las comunidades locales, y el envío para la misión pastoral en toda la Arquidiócesis.
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