La ahijada peruana del Papa León XIV comparte su testimonio y fotos

by Redacción
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“¡Padrino, te queremos! ¡Viva el Papa!”, así exclama Mildred al compartir su conmovedor testimonio sobre Robert Prevost, quien cuando ella nació era un joven sacerdote agustino en Chulucanas (Perú), y que hoy guía a la Iglesia como el Papa León XIV.

Mildred, peruana de 29 años, madre de dos hijas y devota de San Juan Pablo II, lleva con orgullo el recuerdo de su padrino: “Me encantaría decirle que lo he admirado desde pequeña, que no es cosa de ahorita”, contó en una entrevista con EWTN Noticias.

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El vínculo entre ambos comenzó décadas atrás, cuando su padre, Héctor Camacho, era un adolescente que servía como acólito en la Catedral de Chulucanas, en el departamento de Piura. En ese entonces, el P. Robert Prevost —hoy Papa León XIV— acababa de llegar al Perú como misionero agustino, donde trabajó entre 1985 y 1986.

“Él siempre nos inculcaba creer en Dios, tener fe, ser respetuosos, educados y tratar de superarnos en la vida”, recuerda Héctor a EWTN Noticias.

Tiempo después, Héctor se trasladó a Trujillo para estudiar, donde volvió a encontrarse con el P. Prevost. El sacerdote lo acompañó espiritualmente y lo animaba a realizar obras de caridad. Cuando Prevost tuvo que viajar a Estados Unidos por la muerte de su madre, Héctor le pidió permiso para ponerle a su hija el nombre de ella: Mildred. Más adelante, le pidió también que fuera su padrino de bautizo.

El P. Robert Prevost en el bautizo de Mildred. Crédito: Mildred Camacho
El P. Robert Prevost en el bautizo de Mildred. Crédito: Mildred Camacho

El bautismo se celebró en la parroquia San José Obrero de Chulucanas, y marcó para siempre la vida de Mildred. Aunque sus recuerdos no son tantos porque no se veían mucho, las enseñanzas y el ejemplo de su padrino siempre estuvieron presentes.

“Los recuerdos que tengo de él tal vez no sean presenciales, tal vez no de compartir, no de convivir. Pero sé que es por su trabajo, e imagínese, toda su vida trabajando para lograr estar donde está ahora”, sostuvo Mildred.

El P. Robert Prevost en el bautizo de Mildred. Crédito: Mildred Camacho
El P. Robert Prevost en el bautizo de Mildred. Crédito: Mildred Camacho

Un tesoro

Ella conserva como un tesoro los mensajes que el entonces P. Prevost le enviaba por correo electrónico. También recuerda que cuando asistía a alguna Misa o evento donde él estaba presente, su padrino siempre se hacía un tiempo para saludar a su familia.

La última vez que lo vio fue en su cumpleaños, el 10 de agosto de 2024, cuando el Cardenal Prevost regresó a Chulucanas para celebrar los 60 años de la diócesis. En esa ocasión, le adelantó que tal vez pasarían muchos años sin poder comunicarse.

Mildred junto a sus dos hijas, Mons. Robert Prevost —hoy Papa León XIV— y Héctor Camacho. Crédito: Mildred Camacho
Mildred junto a sus dos hijas, Mons. Robert Prevost —hoy Papa León XIV— y Héctor Camacho. Crédito: Mildred Camacho

“Siempre lo que me decía era: ‘Vive con alegría, vive feliz’. Y siempre me acuerdo que me decía: ‘Tenme presente en tus oraciones, como yo te tengo en las mías’”, recuerda Mildred.

Sobre su padrino, ella comenta que “él siempre nos decía que la fe no se trata solo de ir a misa, sino de vivir la caridad, el amor al prójimo y ser luz para los demás. Siempre me inspiró a tener esperanza y a no rendirme ante las dificultades.”

Mildred sueña con volver a ver a su padrino. Si el Papa León XIV viene al Perú, está dispuesta a acampar en la calle por donde pase sólo para poder verlo de cerca, abrazarlo y decirle: “¡Padrino, te queremos!”.

Bautismo de Mildred. En la fotografía se observa a un joven Robert Prevost. Crédito: Mildred Camacho
Bautismo de Mildred. En la fotografía se observa a un joven Robert Prevost. Crédito: Mildred Camacho

La parroquia San José Obrero de Chulucanas, donde vivió el Papa León XIV

El P. Prevost vivió en la parroquia San José Obrero de Chulucanas, donde dormía en una pequeña y humilde habitación. En esta misma parroquia, también vivió un siervo de Dios, el P. Juan Magnif, agustino que llegó a los 85 años y se ganó el cariño del pueblo por su caridad.

El lugar donde durmió el Papa León XIV cuando fue misionero en Chulucanas. Crédito: EWTN Noticias
El lugar donde durmió el Papa León XIV cuando fue misionero en Chulucanas. Crédito: EWTN Noticias

Según la agencia Andina, fue el único agustino americano al que Fidel Castro permitió quedarse en Cuba tras la revolución. Ahora, se construye junto a la parroquia un mausoleo donde reposarán sus restos, que serán trasladados desde Estados Unidos. 

El Papa León XIV podría ser quien lo declare beato.





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