Concluida la celebración de la Misa de toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, la Catedral del Obispo de Roma, el Papa León XIV se dirigió a la Basílica Santa María la Mayor, donde se venera a la Virgen María en su advocación Salus Populi Romani (Salud del Pueblo Romano).
El Santo Padre llegó al templo poco después de las 19:00 horas (hora de Roma). A su ingreso al templo, dio su bendición a los fieles congregados en su interior con una breve aspersión con agua bendita.
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Se dirigió entonces a la capilla donde se encuentra el icono mariano, cuya autoría la tradición atribuye a San Juan Evangelista, y, de rodillas, rezó por algunos minutos.
A continuación, colocó un ramo de flores a los pies de la imagen de Santa María.

Tras el canto del Magnificat, cántico del Evangelio que pronunció la Virgen tras el anuncio del Ángel Gabriel, el Papa León XIV dirigió una plegaria a la Madre de Dios, recordando que es “toda pura, toda venerable, tú la mejor ofrenda que la humanidad puede presentar a Dios”.
“Tú conduces la barca de la Iglesia a un puerto de paz, evitando los peligros y venciendo las tempestades”, expresó, pidiéndole que cuide “a esta ciudad, consuela a los que acuden a ella sin techo ni defensa y extiende tu protección al mundo entero”.
“Fuente de alegría para todos, hazme digno de alegrarme contigo”, añadió en su oración.
Concluido ese momento de oración, León XIV se dirigió a la nave central de la basílica romana para una oración conclusiva.
León XIV se dirigió luego a la tumba del Papa Francisco y se detuvo a rezar ahí un instante.

Al final de su visita, desde el balcón de la basílica, León XIV agradeció a todos los fieles congregados en el exterior de la basílica: “gracias por estar aquí, gracias por estar delante de esta basílica, esta tarde, cuando celebramos todos reunidos como miembros de la Diócesis de Roma la presencia de su nuevo obispo”.
“Estoy muy feliz de encontrarlos a ustedes aquí y les agradezco de corazón”, expresó.

Esta, destacó, “es una bellísima oportunidad para renovar nuestra devoción a María, Salus Populi Romani, que ha acompañado tantas veces al pueblo de Roma en sus necesidades”.
“Pidamos a Dios por intercesión de su madre que los bendiga a todos ustedes, a sus familias, a sus seres queridos, y los ayude a todos a caminar juntos en la Iglesia”, dijo.