Este domingo, durante el Ángelus, el Papa León XIV rezó por el padre Luke Jumu, párroco de El Fasher, muerto en un atentado: el país africano es escenario de un sangriento conflicto entre el ejército de Jartum y los paramilitares desde hace más de dos años. La ciudad es la capital de Darfur del Norte, donde se está llevando a cabo una ofensiva por parte de paramilitares que controlan gran parte de la vasta región occidental del país.
Giada Aquilino – Ciudad del Vaticano
Ha sido la oración de León XIV de ayer en el Ángelus la que volvió a despertar la atención internacional sobre un conflicto que había sido olvidado durante mucho tiempo: el conflicto en Sudán, devastado “por más de dos años” de guerra entre el ejército de Jartum y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF). Es desde el 15 de abril de 2023, que se vive un clima de violencia y de inseguridad que ha invadido todo el país africano, y en el cual el padre Luke Jumu, párroco de El Fasher, murió a causa de un bombardeo, recordó el Papa, rezando por el sacerdote y por todas las víctimas del conflicto y pidiendo el fin de los combates, la protección y la ayuda a la población y el inicio de un diálogo de paz.
La alarma lanzada por los Obispos
En los últimos días, la agencia de noticias Aci Africa había informado de las primeras noticias de un ataque a la casa donde vivía el padre Luke, ocurrido el 12 de junio en la capital del estado de Darfur del Norte. El obispo de El Obeid, monseñor Yunan Tombe Trille Kuku Andali, había comunicado el incidente, tras haber avisado a otro Prelado, monseñor Eduardo Hiiboro Kussala, de la diócesis sursudanesa de Tombura-Yambio: en ese momento, sin embargo, se habló de un atentado en el que el sacerdote habría resultado “gravemente herido”.
La región de Darfur
El Fashir es el último bastión del ejército en Darfur, donde está en marcha una ofensiva por parte de los paramilitares que controlan gran parte de la vasta región occidental del país. En las afueras de la ciudad se encuentra el gran campo de desplazados de Zamzam, del que han huido al menos 400.000 personas debido a los repetidos ataques atribuidos a las RSF. Ahora, según varias ONG, se ha convertido en una base de operaciones paramilitares.
Las contradicciones del país: el oro y la pobreza
La guerra en Sudán, con un saldo difícil de verificar sobre el terreno, ha causado decenas de miles de muertos y más de 13 millones de refugiados, sumiendo a amplias zonas del país en la hambruna y fomentando una peligrosa epidemia de cólera. Con el conflicto, el tercer mayor productor de oro de África ha visto a su población hundirse en la pobreza: según un reciente informe del Banco Mundial, en 2024, el 71% de sus habitantes vivía con menos de 2,15 dólares al día (1,75 euros), frente al 33% en 2022. También influyen los daños causados por las operaciones de guerra al sector agrícola, tradicionalmente vital para el país.
