Santo Domingo. – En el día de hoy, el templo Las Mercedes, ubicado en la histórica Zona Colonial, acogió la solemne Eucaristía en honor a Nuestra Señora de las Mercedes, patrona del pueblo dominicano. La celebración fue presidida por Su Excelencia Reverendísima Monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América, y concelebrada por sacerdotes, diáconos y numerosos fieles que se dieron cita para honrar a la Madre de Dios.
Durante su homilía, Monseñor Ozoria recordó la importancia de la Virgen de las Mercedes como Redentora de Cautivos y protectora de los dominicanos, resaltando que “la celebración de hoy, en el marco del Jubileo del Año Santo, nos invita a experimentar la alegría y la esperanza que Dios nos ofrece mediante su gracia y la salvación traída por Jesús, nuestro Redentor”.
El Arzobispo reflexionó sobre la libertad espiritual que Jesús nos concede y sobre la necesidad de liberarnos tanto de las esclavitudes externas como de aquellas que residen dentro de nosotros. “Si nos dejamos guiar por el Espíritu de Dios, seremos verdaderamente libres, capaces de superar los bajos instintos que nos atan y nos esclavizan”, afirmó.
Monseñor Ozoria también destacó el papel de la Virgen de las Mercedes en la vida de los fieles, recordando el milagro de Caná como ejemplo de su intercesión y apoyo en momentos de dificultad: “Así como María acudió a Jesús para ayudar a aquella familia en apuros, hoy confiamos en que nos libere de las adversidades, de los problemas de salud, de la pobreza y de cualquier situación que amenace nuestro bienestar y nuestra esperanza”.
En un mensaje contundente de justicia social, Monseñor denunció públicamente los recientes robos cometidos en el Seguro Nacional de Salud (SENASA), que han afectado la atención de los más vulnerables. “Pedimos la mediación de María de las Mercedes para que los opresores y quienes han desviado los recursos del pueblo enfrenten las consecuencias de sus actos. La salud de nuestra gente, especialmente de los más pobres, debe ser respetada y defendida”, expresó.
La celebración finalizó con una oración de agradecimiento y súplica a la Virgen, reafirmando su maternidad liberadora y su presencia constante entre los dominicanos.