Un espacio de comunión y discernimiento: concluye el 43º Encuentro Nacional de Pastoral

Obispos, sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral laicos compartieron experiencias, reflexionaron sobre los desafíos actuales de la misión evangelizadora y renovaron su compromiso de servir con alegría y esperanza en sus comunidades y diócesis.

by Jose Medrano
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Con la participación de obispos, sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral de todas las diócesis del país, concluyó con alegría y esperanza el 43º Encuentro Nacional de Pastoral, celebrado los días 10 y 11 de octubre en la Casa Arquidiocesana María de la Altagracia, en Santo Domingo.

Este importante evento eclesial, convocado por la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) y el Instituto Nacional de Pastoral (INP), fue un espacio de comunión, reflexión y sinodalidad, orientado a fortalecer la misión evangelizadora de la Iglesia en la República Dominicana.

Durante dos días, los participantes oraron, dialogaron y discernieron juntos los desafíos y oportunidades pastorales del momento presente.

El encuentro reunió a representantes de todas las diócesis del país, generando un ambiente fraterno que reflejó la vida de una Iglesia que “camina unida, escucha, disierne y se deja guiar por el Espíritu Santo”, como enseñó el Papa Francisco.

Los trabajos pastorales, momentos de oración y espacios de diálogo se desarrollaron en un clima profundamente sinodal, evidenciando el compromiso de los agentes pastorales por continuar animando la vida de fe en cada comunidad eclesial.

La Eucaristía de clausura fue presidida por  S.E.RMonseñor Héctor Rafael Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros y Presidente de la CED, y concelebrada por obispos, sacerdotes y diáconos, en la que exhortó a los fieles a hacer vida lo compartido durante el encuentro y a regresar a sus diócesis con renovado espíritu de servicio.

“Demos gracias a Dios por este espacio de comunión, de escucha y de discernimiento, y también a quienes el Señor ha puesto para organizar este encuentro con tanto esmero y dedicación”, expresó al inicio de la celebración.

En su homilía, Mons. Rodríguez recordó que lo vivido en estos días no puede quedar “en un simple recuerdo o evento más”, sino que debe traducirse en compromisos pastorales concretos que hagan visible el rostro de Cristo en las comunidades, parroquias, colegios y familias.

“El mundo no espera de nosotros palabras, sino gestos concretos de comunión, participación y misión”, afirmó.

Asimismo, señaló que el bautismo es la fuente donde nace la identidad cristiana y desde la cual somos enviados a ser sal de la tierra y luz del mundo. Invitó a todos los bautizados a vivir su vocación con alegría y esperanza, siendo testimonio de santidad en las realidades cotidianas.

“La santidad no se impone; se contagia con el testimonio y con la vida. Hoy la santidad tiene rostro de coherencia, de alegría, de compasión y de compromiso”, destacó el prelado.

Mons. Rodríguez también hizo referencia a los grandes desafíos sociales que enfrenta el país y el mundo —la violencia, la corrupción, la desigualdad y el deterioro ambiental—, llamando a la Iglesia a ser signo de esperanza y de renovación moral en medio de estas realidades.

Estamos llamados a ser testimonio de alegría y esperanza. Una Iglesia triste no evangeliza; un evangelizador sin alegría espanta hasta al Espíritu Santo”, expresó con tono fraterno.

El Arzobispo puso bajo la intercesión de la Virgen María, Madre del pueblo dominicano, la misión pastoral de la Iglesia en el país.

Que María, nuestra Señora de la Altagracia y de las Mercedes, nos enseñe a vivir con fidelidad nuestro bautismo, a caminar en santidad y a testimoniar a Cristo en las realidades concretas de nuestra vida cotidiana”, exhortó.

Al concluir la Eucaristía, Monseñor Santiago Rodríguez, Presidente del Instituto Nacional de Pastoral, expresó su gratitud a todos los que hicieron posible el encuentro, destacando el trabajo de los equipos organizadores, las vicarías diocesanas de pastoral, el personal de apoyo, el equipo de liturgia, los medios de comunicación y el coro que animó las celebraciones.

“Damos gracias al Señor porque es grande y eterna es su misericordia. Todo esto conlleva esfuerzo y sacrificio, pero el Señor todo lo puede”, afirmó.

Agradeció en nombre de la CED y del INP, exhortando a que lo vivido se traduzca en compromiso pastoral, alegría misionera y esperanza renovada para toda la Iglesia en la República Dominicana.

El encuentro concluyó con un gesto de envío misionero, símbolo del compromiso renovado de los agentes pastorales de continuar sirviendo con alegría en sus comunidades.

De esta manera, el 43º Encuentro Nacional de Pastoral culminó reafirmando su horizonte evangelizador y su propósito de seguir fortaleciendo la comunión y la misión de la Iglesia en la República Dominicana.

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