El Papa León XIV recibió este jueves en el Vaticano a los participantes de la Asamblea General de la Obras Misionales Pontificias, instrumento de la Iglesia Católica para atender las necesidades con las que se encuentran los misioneros en su labor de evangelización por todo el mundo.
El Pontífice, quien durante dos décadas desarrolló su ministerio pastoral en Perú, les agradeció por su compromiso “indispensable para la misión evangelizadora de la Iglesia”, subrayando que las OMP son el “principal medio” para avivar “la responsabilidad misionera entre todos los bautizados”.
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Destacó en particular el apoyo brindado a los programas pastorales, la construcción de nuevas iglesias, la asistencia sanitaria o la formación cristiana para los niños, además de atender sus necesidades básicas “y velar por su protección”.
Para el Papa León XIV, “la promoción del celo apostólico en el Pueblo de Dios sigue siendo un aspecto esencial de la renovación de la Iglesia, tal como la concibió el Concilio Vaticano II, y es aún más urgente en nuestros días”.
“Nuestro mundo —continuó el Pontífice—, herido por la guerra, la violencia y la injusticia, necesita escuchar el mensaje evangélico del amor de Dios y experimentar el poder reconciliador de la gracia de Cristo”.
En este sentido, remarcó que la Iglesia misma, y todos miembros, “está llamada cada vez más a ser una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad”.
El Santo Padre reiteró que “estamos llamados a llevar a todos los pueblos, más aún, a todas las criaturas, la promesa evangélica de una paz verdadera y duradera”, algo que es posible puesto que el Señor ha vencido al mundo.
La urgencia de llevar a Cristo a todos lo pueblos
Reiteró la importancia de “fomentar un espíritu de discipulado misionero en todos los bautizados”, destacando también la “urgencia en llevar a Cristo a todos los pueblos”.
También agradeció a las OMP por el esfuerzo que realizan cada año para promover la Jornada Mundial de las Misiones el penúltimo domingo de octubre.
A continuación, señaló que “la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, prosigue su camino a lo largo de la historia con confianza, alegría y valentía, mientras proclama el nombre de Jesús y la salvación que nace de la fe en la verdad salvífica del Evangelio”.
León XIV dirigió más tarde una petición a los directores nacionales: dar “prioridad a las visitas de las diócesis, parroquias y comunidades”, para ayudar a los fieles a reconocer “la importancia fundamental de las misiones” y apoyar los que están en aquellas áreas “de nuestro mundo donde la Iglesia es joven y está creciendo”.
Para el Pontífice, la comunidad y la universalidad son dos elementos “distintivos de la identidad” de las OMP, por ello les exhortó a “cultivar y promover en sus miembros la visión de la Iglesia como comunión de creyentes, animada por el Espíritu Santo” que nos hace entrar en la “armonía de la Santísima Trinidad”.
El Papa León XIV compartió que esta “dimensión cristiana de nuestra vida y misión la llevo en mi corazón, y se refleja en las palabras de San Agustín que elegí para mi servicio episcopal y para mi ministerio pontificio, In Illo uno unum: ‘Cristo es nuestro Salvador y en Él somos uno’, la familia de Dios, más allá de la rica variedad de nuestras lenguas, culturas y experiencias”.
El tomar conciencia de la comunión como miembros del Cuerpo de Cristo, precisó a continuación, “nos abre naturalmente a la dimensión universal de la misión evangelizadora de la Iglesia, y nos inspira a ir más allá de los confines de nuestras propias parroquias, diócesis y naciones, para compartir con toda nación y pueblo la sobreabundante riqueza del conocimiento del Señor Jesús”.
Por último, invitó a las OMP a que la unidad y universalidad de la Iglesia inspire el proceso de renovación de sus estatutos, un proceso que “confirmará en su vocación de ser fermento de celo misionero dentro del Pueblo de Dios a los miembros de las Obras en todo el mundo”.
El Papa concluyó su discurso invitándoles a experimentar la esperanza durante el Año Jubilar y a seguir siendo “misioneros de esperanza entre todos los pueblos”.