Universidades en diálogo para cuidar la Casa Común


En el II Encuentro Sinodal de Rectores de Universidades para el Cuidado de la Casa Común, Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, resaltó la importancia de una participación activa, la escucha recíproca y el discernimiento colectivo.

Sor Elaine Castro Matheuz – Ciudad del Vaticano

Emilce Cuda, en entrevista con ADN Celam, resaltó que, según Laudate Deum del Papa Francisco, para cuidar la Casa Común es necesario trabajar coordinados a nivel internacional. La Iglesia y las universidades, como redes globales, comparten una preocupación común por la vida, respaldada por el Papa León XIV.

Tecnología y conservación: un equilibrio posible

Sobre la relación entre innovación tecnológica y protección ambiental, Cuda aclaró que “la vida está en peligro; hablo de la biodiversidad no solo en la naturaleza, sino también en los pueblos”. La clave está en conservar modelos antiguos que garantizaban la riqueza natural y una vida digna. La experta destacó que “no se trata de detener el avance tecnológico, sino de legitimar actividades laborales y modos de distribución que no atenten contra la vida”. En ese sentido, la inteligencia artificial puede salvar vidas, pero consume recursos como el agua dulce, por lo cual es imprescindible tomar decisiones responsables. La participación universitaria, con investigadores y rectores, es vital para marcar rumbo hacia un diálogo que incluya a todos, especialmente en instancias como la COP30, que será escenario de reflexión y acción.

La diversidad y el diálogo social en el contexto del sínodo

Cuestionada sobre el papel de las distintas instituciones educativas en el avance del diálogo social, Cuda, dio a conocer que “no estamos reunidos solo desde la fe, sino desde la fe en salida, defendiendo una vida en abundancia para todos”. La crisis de la verdad requiere que las universidades sigan siendo espacios de discusión, debate y discernimiento, componentes esenciales para fortalecer un compromiso común en torno a la justicia y la protección del medio ambiente.

Nuevas arquitecturas para afrontar la deuda ecológica y social

Al analizar la deuda pública y ecológica, Cuda explicó que “la crisis ecológica y social están profundamente vinculadas”. La propuesta es que las decisiones en la COP30 y en las instancias globales tiendan a superar el pensamiento fragmentado, promoviendo un modelo financiero que permita aliviar las deudas de los países en situación de vulnerabilidad. “Cada niño nace con una deuda que no podrá pagar, y eso afecta a nuestro futuro”, afirmó. La propuesta de remitir parte de los créditos y destinarlos a educación y sustentabilidad busca encarnar el legado del Papa Francisco y el apoyo del Papa León XIV, promoviendo una transición que sea inclusiva y respetuosa de los derechos de todos.


Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina

La vigencia de Laudato Si’ y el compromiso con la historia

El aniversario de Laudato Si’ congrega a los rectores y reaviva su mensaje vigente. La encíclica, lanzada por el Papa Francisco, sorprendió por su carácter concreto y su denuncia del sistema que daña la vida, en línea con Evangelii Gaudium. No es solo una guía para creyentes, sino un llamado global, publicado en paralelo con la Agenda 2030 de la ONU, y aborda la coyuntura histórica, no temas doctrinales.

Emilce menciona que el Papa Francisco afirmó que “hemos dado un paso importante en la conciencia ecológica”. Destacó que Laudato Si’ ha tenido un impacto global: universidades, instituciones públicas y empresas están promoviendo movimientos de sustentabilidad, fortaleciendo así la conciencia ecológica. Hoy, la sociedad comprende que pequeños gestos cotidianos, como clasificar la basura, son fundamentales para el cambio.

El desafío ahora es que quienes toman decisiones en los grandes sistemas productivos actúen, haciendo la transición hacia energías más limpias. Confirmó que, desde la Santa Sede, se mantienen diálogos con estos actores, y las opciones, como la energía nuclear, están en debate para un futuro mejor.

Desde la Pontificia Comisión para América Latina, se promueve un trabajo en red, conectando comunidades y organizaciones en todo el mundo. La clave, expresó, es el diálogo racional y la cooperación multilateral, porque “si los problemas son globales, también deben ser las soluciones”.



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