Gallagher en La Habana: Caminemos como hermanos

El Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales presidió la santa misa en la Catedral de La Habana durante su visita oficial a Cuba en el marco del 90º aniversario de las relaciones diplomáticas entre la isla y la Santa Sede.

Vatican News

El amor de Dios nunca deja a su pueblo, fue uno de los conceptos manifestados por Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Santa Sede, durante la homilía pronunciada el miércoles 4 de junio en la Catedral de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, en La Habana.

La celebración eucarística se realizó en el marco de su viaje a la isla por el 90º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede que se extiende hasta el 6 de junio.

Ante obispos, sacerdotes, autoridades del Estado y fieles, Gallagher recordó que “la Iglesia perpetúa esta misión de cuidar del rebaño que el Espíritu le ha encomendado”, y mencionó que la presencia del Santo Padre en la vida de la Iglesia cubana se ha manifestado no solo a través de los nuncios apostólicos, sino también mediante las visitas de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

Durante la homilía, transmitió el saludo del Papa León XIV a la comunidad eclesial en Cuba y reiteró su cercanía con el pueblo. También citó el lema episcopal del nuevo pontífice, In illo uno unum (“En Aquel que es Uno, nosotros somos uno”), como expresión de la orientación pastoral del actual pontificado.

Asimismo, en el tiempo de preparación para la solemnidad de Pentecostés, invitó, en comunión con los presbíteros y obispos, a implorar “que el Espíritu Santo bendiga con sus dones al Pontífice y a cada uno de los hijos e hijas del pueblo cubano, para que siempre unidos al Sucesor de Pedro vivamos nuestra fe con espíritu misionero, y caminemos como hermanos, firmes en la verdad del Evangelio, hasta alcanzar la paz que Cristo nos ha dejado como fruto de su resurrección”.

“Que María que infundió en las almas cubanas, el fulgor de luz celestial, convierta en sonrisas el llanto, y a los tristes devuelva la paz, para que vivo perdure entre nosotros el imperio de la Caridad.”

Monseñor Gallagher reflexionó sobre los desafíos de conservar la unidad en la vida eclesial: “Pablo nos advierte de los peligros que pueden dañar la comunidad […] por eso es tan importante mantener la unidad con los obispos y con el Papa”. Añadió que esta comunión es signo de la identidad de la Iglesia y fundamento de su misión.

En su mensaje, también se refirió al papel de figuras religiosas vinculadas a la historia espiritual de Cuba, como los beatos Olallo Valdés y José López Piteira, y el venerable Félix Varela, a quien describió como “gran propagador del amor entre los cubanos y entre todos los hombres”.

“La verdad posibilita las relaciones pacíficas y el diálogo constructivo”, afirmó Gallagher al abordar el papel de la Iglesia en la sociedad. Indicó que la paz, la justicia y la verdad son principios que guían tanto la acción pastoral como la labor diplomática de la Santa Sede, y señaló que esos principios pueden servir de base para la cooperación con las instituciones del Estado.

La agenda del arzobispo en Cuba incluye encuentros con autoridades gubernamentales, una conferencia en el Palacio de la Revolución y una visita al Hogar de Ancianos de Paula.

 



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