El congoleño Floribert Bwana Chui ya es beato y la Iglesia Católica celebrará su fiesta litúrgica el próximo 8 de julio. El joven de la Comunidad de Sant’Egidio, asesinado en 2007 por negarse a aceptar mordidas, constituye un modelo “de honestidad y de integridad moral para toda la Iglesia universal”, afirma en declaraciones a ACI Prensa el P. Francesco Tedeschi, postulador de su causa.
“Rechazó los sobornos porque seguía a Cristo. Su figura representa la esperanza de que la República Democrática del Congo pueda salir no sólo de la corrupción, sino también de la maldición del conflicto alimentado por intereses económicos oscuros”, explica.
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Vivió el Evangelio sin fronteras
Nació el 13 de junio de 1981 en Goma, capital de Kivu, en el este de Congo, una región que no ha conocido nunca la paz. Cuando era estudiante, conoció la Comunidad de Sant’Egidio —como ellos mismos relatan en su página web— lo que le impulsó a visitar a los pobres, especialmente a los maibobo, nombre con el que se conoce despectivamente a los niños de la calle en la región de los Grandes Lagos. Floribert, a través de la Escuela de la Paz, quería que estudiaran y ayudarlos a convertirse en los congoleños del futuro.
“Era un joven cristiano que quiso vivir el Evangelio sin fronteras”, explica el P. Tedeschi. “La experiencia con la comunidad y los pobres le hizo madurar la certeza de que con el Evangelio era posible realizar el sueño de la paz”, agrega.
Fue a trabajar a Kinshasa, a la Oficina Congoleña de Control, la agencia estatal que se ocupa de comprobar la calidad de las mercancías que entran al país, pero tras un periodo de formación en una capital llena de oportunidades, decidió volver volver a su Goma natal, donde estaban sus amigos, su prometida y los niños de la calle.
Primero recibió amenazas
Tras su regreso a Goma, Floribert comenzó a trabajar en la aduana de la ciudad. Allí detectó la entrada de productos alimenticios en mal estado. “Por primera vez en esa frontera, bloqueó y ordenó destruir la mercancía. Esa decisión desató la furia de mafias locales que intentaron sobornarlo, sin éxito, y luego comenzaron a amenazarlo”, explica el postulador.
Después Floribert consultó con una médica amiga de Sant’Egidio qué hubiera si esa partida de paquetes de arroz deteriorados llegaban a la población. “Esto lo confirmó en la justicia de su intervención. Dijo que si seguía a Cristo no podía aceptar ese dinero. Que valía más la vida de las personas que el dinero”, relata el P. Tedeschi que ha recopilado más de treinta testimonios – como el de esta doctora- para elaborar la positio, el documento sobre su vida que entregó para la fase diocesana de la beatificación.
Otro de ellos es el de Jonathan, uno de los niños a los que rescató de la calle, Cuando le pregunta por qué le ayudaba, Floribert contestaba: “Porque para Dios todos son iguales, tienen los mismos derechos. Dios sienta a todos los pueblos a la misma mesa”.
Dijo no a la “suciedad de la corrupción”
El joven congoleño tenía solo 26 años cuando fue secuestrado. Dos días más tarde de su desaparición un motociclista lo encontró sin vida. Su cuerpo tenía las señales de los golpes y de la tortura sufrida durante las horas de cautiverio.
“Podía haberlo ignorado; no lo habrían descubierto e incluso se habría beneficiado. Pero, como cristiano, rezó, pensó en los demás y eligió ser honesto, diciendo no a la suciedad de la corrupción”, recordó el Papa Francisco durante su visita a Kinshasa en 2023 ante miles de jóvenes.
Además de testimonios, el P. Tedeschi también recogió documentos significativos que evidencian su fe como una página de su Biblia personal, donde había subrayado el pasaje del Evangelio de Lucas 3 en el que Juan Bautista exhorta a no exigir más de lo debido y a contentarse con el propio salario. “Era uno de los textos bíblicos que usaba durante sus meditaciones”, afirma el sacerdote.
El pasado domingo en la basílica de San Pablo Extramuros en Roma, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos presidió su beatificación.
Una ceremonia, que no pudo celebrarse en Goma por la espiral de violencia entre el Movimiento 23 de Marzo (M23), apoyado por Ruanda, y el ejército congoleño en el este de la República Democrática del Congo. “La celebración en Roma fue un signo de la herida abierta de un país aún marcado por la guerra y la violencia”, incidió.
“El Evangelio cambia tu vida”
El P. Tedeschi conoció personalmente a Floribert. Una amistad que le hizo comprender “cuánto el Evangelio, si lo escuchas de verdad y lo conviertes en orientación de vida, cambia tu existencia y la convierte en un mensaje para los demás”. Floribert Bwana es el cuarto beato de la Iglesia Católica congoleña y el primero de la Comunidad de Sant’Egidio.