En la Catedral San Sebastián, el arzobispo de Cochabamba, monseñor Oscar Aparicio, presidió la Solemnidad de la Fiesta de la Santísima Trinidad y el Centenario de la Fundación de la Congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia
Vatican News
El arzobispo de Cochabamba, monseñor Oscar Aparicio, presidió en la Catedral San Sebastián la Solemnidad de la Fiesta de la Santísima Trinidad, en cuya homilía también dirigió unas palabas por el centenario de fundación de las religiosas presentes:
La Trinidad revela la grandeza de Dios
En su homilía, monseñor Oscar Aparicio, tras saludar a la comunidad de la Catedral, a las hermanas Misioneras Cruzadas, a las comunidades presentes y a quienes comparten esta espiritualidad, destacó la importancia de su presencia en la celebración del centenario de la congregación.
También mencionó a los seminaristas y a los sacerdotes presentes, resaltando la influencia de las misioneras en su formación y participación.
Y reflexionó sobre la festividad de la Santísima Trinidad, una celebración que, aunque difícil de comprender en su totalidad por nuestra limitada naturaleza humana, se puede aceptar con fe y humildad, dijo.
Al respecto explicó que la Trinidad revela la grandeza de Dios: Padre, Creador del universo; Hijo, Jesús de Nazaret, que se hace presente en medio de nosotros y nos ama profundamente, entregando su vida por nuestra salvación; y el Espíritu Santo, que reaviva, acompaña e inspira a la Iglesia en su misión en el mundo.
Centenario de las Misioneras Cruzadas
Para monseñor Oscar Aparicio la celebración del centenario de las Misioneras Cruzadas, refleja la comunidad de amor de la Trinidad. De ahí que haya afirmado que esta celebración de los 100 años es una oportunidad para agradecer a Dios por su presencia activa en la historia y en la misión de la Iglesia, especialmente en Bolivia.
Además, señaló la importancia de las comunidades eclesiales de base, que también celebran su jubileo en esta misma festividad, reflejando la comunidad de amor que caracteriza a la Trinidad.
Los seres humanos nacen de las entrañas de Dios
Finalmente, recordó que los seres humanos nacen de las entrañas de Dios y peregrinan en este mundo con la esperanza de alcanzar la gloria divina. La homilía concluye con un mensaje de esperanza y de caminar con fe hacia la presencia eterna de Dios, felicitando a las Misioneras Cruzadas y pidiendo bendiciones para su misión.