El haitiano que será ordenado sacerdote por el Papa León XIV: Tras el terremoto recé con más perseverancia


Haití, el país más pobre del continente americano, sufrió hace 15 años un terrible terremoto en el que fallecieron más de 250.000 personas. Desde entonces es como un enfermo moribundo que no consigue curarse. Hoy vive asolado por la violencia de las bandas.

Pero incluso en medio de la desolación más brutal, brotan las vocaciones. Como la de Jiergue Stanley que quiso ser sacerdote desde muy pequeño: “Todos mis recuerdos son con esta semillita en el corazón que iba creciendo, creciendo y creciendo…”, explica en conversación con ACI Prensa.

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Ahora se está preparando para uno de los momentos más importantes de su vida: este viernes será ordenado presbítero en la Basílica de San Pedro por el Papa León XIV.  “Recibí la noticia con lágrimas en los ojos, pero de alegría. Nunca lo hubiera esperado Para mí es la prueba de cómo Dios va actuando en la vida de uno. Él tiene un plan perfecto. Solo hay que confiar”, explica este joven de 35 años que ha viajado por primera vez a Roma para el Jubileo del Clero.

Jiergue perdió a su único hermano en el devastador terremoto de 2010. Crédito: cortesía Jiergue Stanley

Tenía 20 cuando la tierra se partió en dos. “Fue muy difícil. Perdí a mi único hermano. Era un recién nacido, apenas tenía como 11 días…”, reseña sin querer entrar en el pozo de dolor que dejó en su familia la tragedia. 

A pesar de todo, su fe no tambaleó. “Ya era monaguillo, servía en el altar y tras el terremoto rezaba con más perseverancia”, recuerda.

Pero además de rezar más, también se entregó al sufrimiento de su pueblo. Se dedicó a llevar ayuda humanitaria a los campos de desplazados de la mano de los misioneros scalabrinianos, a quienes había conocido gracias a un amigo. “Yo me acerqué a ellos y ahí fui descubriendo mi vocación”, narra.

Ayudaba a los damnificados “con la Palabra de Dios”

En esos duros meses se enfrentó a la injusticia y el hambre. Entonces supo que para espantar la desolación la mejor ayuda era el Evangelio: “Lo que la gente necesitaba más era la cercanía de la Iglesia. Yo les ayudaba con la Palabra de Dios, y también con alimentos y estar con ellos”.

Finalmente, ingresó al Seminario Saint Charles Borromée en Haití en 2012. Cuatro años después llegó a México. “Me mandaron para estudiar español y hacer el postulantado y el noviciado”, comenta. Sin embargo, el rumbo cambió: “No alcancé a hacer ni el postulantado ni el noviciado porque después ya me incardiné en la Diócesis de San Luis Potosí”.

Su integración fue gradual y fecunda. Primero colaboró en Cáritas. Luego, vivió una experiencia pastoral en la parroquia de San Jerónimo de Moctezuma, y finalmente ingresó al Seminario Mayor de San Luis Potosí en 2018 para comenzar sus estudios teológicos.

En marzo de 2025 fue ordenado diácono en la misma parroquia donde comenzó su servicio pastoral, por imposición de manos del arzobispo Jorge Alberto Cavazos Arizpe. “Desde entonces he servido en varias parroquias. Mi último servicio pastoral como diácono fue en Santa Catarina de Alejandría, en Río Verde”, cuenta con orgullo.

Jiergue ingresó al Seminario Mayor de San Luis Potosí en 2018 para comenzar sus estudios teológicos. Crédito: cortesia de Jiergue

Él mismo reconoce que nada ha sido fruto del azar. “Todo depende de Dios. Todos tenemos planes, pero en verdad es Dios el que tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros”.

Su madre sigue en Haití y aunque es hijo único, siente el respaldo de una familia extendida que se alegra con él. “Toda mis conocidos están llenos de alegría. No solamente mi familia, sino todas las parroquias de San Luis Potosí están muy contentas”.

“Me imagino un sacerdote con olor a oveja”

Stanley Augustin se siente profundamente identificado con el pueblo mexicano. Quiere ser “un sacerdote cercano al pueblo, que va al encuentro de los jóvenes y que tiene un corazón con olor a oveja, como decía siempre el Papa Francisco”.

A pesar de la violencia que enfrenta el país, no tiene miedo. “Uno que tiene a Dios, ¿para qué tiene miedo? Todo es para Dios. El lugar que sea, aquí estoy”.





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