Cuenca, una de las principales ciudades del Ecuador, celebra el Corpus Christi, su “fiesta más dulce”, durante el “septenario eucarístico” que va del 20 al 26 de junio, es decir hasta la víspera de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Este año no ha sido la excepción y miles de fieles han acompañado al Santísimo Sacramento en estas alegres celebraciones llenas de amor y fe en el Señor.
Mons. Vicente Cisneros, Arzobispo de Cuenca entre los años 2000 y 2009, explica en un mensaje pastoral de 2006 que la fiesta del Corpus Christi fue una de las primeras que se estableció desde la fundación de Cuenca en 1557; y fue el Ayuntamiento de la ciudad, el que ordenó el culto público que debía rendirse al Santísimo Sacramento.
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Por la fuerte tradición eucarística, se decidió celebrar la fiesta durante siete días, el septenario, que recuerda las novenas, los nueve días de oraciones previos a una celebración católica; agregaba el arzobispo Cisneros en un mensaje de 2006.
Este 2025, el lema del septenario eucarístico ha sido “Peregrinos de Esperanza”, en el marco del Jubileo. Desde Radio Católica Cuenca se calcula que en las celebraciones han participado unas 100.000 personas.
Corpus Christi 2025 en Cuenca
El jueves 19 de junio se realizó una Hora Santa en la Iglesia de San Sebastián, para luego continuar con la procesión por las calles de la ciudad, presidida por Mons. Marcos Pérez, Arzobispo de Cuenca, acompañado de su obispo auxiliar, sacerdotes, seminaristas y fieles.
“La policía montada abrió la procesión, le siguió la banda de música del ejército. Los fieles llevaron a sus familias y con ellas su homenaje de cariño expresado en flores, perfume y faroles”, señala una nota de Radio Católica Cuenca, enviada a ACI Prensa este 26 de junio.
La procesión eucarística llegó ese día hasta la Catedral de la Inmaculada Concepción, donde Mons. Pérez presidió la Misa, que se ofrecía también por el Jubileo de los Movimientos Apostólicos de Cuenca.
“Si decimos que lo bueno que hacemos está iluminado por la fe, debemos reconocer en estos eventos que Jesús es pan de vida, alimento de vida eterna y que ese alimento que es su propio cuerpo, nos invita a ser menos egoístas, a no ser mezquinos y a compartir el alimento diario”, señaló el arzobispo en su homilía.
Sobre la gran variedad de dulces que se ofrecen durante los días del septenario, el prelado ecuatoriano resaltó que “nos invitan a endulzar la vida y a compartir el alimento diario”, mientras que “la banda nos recuerda la alegría que no puede faltar en el corazón de un cristiano”.
Al hablar de los castillos de fuegos artificiales, también presentes en la celebración del septenario, el Arzobispo de Cuenca comentó que “la pirotecnia con sus luces de colores, nos dicen que Jesús es luz del mundo y que Jesús ha venido a iluminar el corazón de cada creyente y a vencer el mundo de tinieblas, pecado, opresión, vanidad y violencia”.
Este año, explica Radio Católica Cuenca, se instalaron en total 136 puestos de dulces, entre los que se puede encontrar alfajores, cocadas, nogadas, dulces de maíz, roscas de yemas, peritas, perniles, entre muchos otros.
Corpus Christi “es presencia de Dios que nos espera”
El P. Julio Castillo, vicario de pastoral de Cuenca, comenta que Corpus Christi “no es una tradición vacía, es una muestra de la presencia de Dios que nos espera. Es reconocer la presencia de Jesús en la Eucaristía”.
“Cada vez que nos acercamos a comulgar nos encontramos con Cristo. Jesús no quiere ser un recuerdo, quiere ser un lugar de encuentro con Él. Esta solemnidad nos invita a volver a la fuente, a entrar en comunión y quedarnos con Cristo”, subrayó.
En los siete días del septenario, lideran las celebraciones los priostes o mayordomos, entre quienes se encuentran sacerdotes, laicos, así como diversas empresas públicas y privadas, que se encargan de las actividades como danzas folclóricas, los fuegos artificiales y la participación de bandas de música.
El septenario eucarístico concluye este jueves 26 de junio, con la Misa que presidirá en la Catedral de Cuenca el arzobispo Marcos Pérez.