Los tres últimos Papas; Benedicto XVI, Francisco, y León XIV, han recomendado en más de una ocasión la lectura del Señor del Mundo, la novela de ciencia ficción distópica escrita por Robert Hugh Benson en 1907.
Esta novela apocalíptica relata las consecuencias de una sociedad que vive de espaldas a Dios y presenta una crítica social a las costumbres de Occidente, que ha sucumbido al capitalismo y al socialismo.
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Benson, converso al catolicismo tras su formación en la iglesia anglicana y ordenado sacerdote en 1904, propone una realidad en la que “las fuerzas del materialismo secularista, del relativismo y del control estatal triunfan por doquier”.
Esta obra, alabada por los tres últimos pontífices de la historia, también describe la llegada del Anticristo como alguien carismático, pero que a su vez promueve ideales destructivos para la sociedad.
El Cardenal Ratzinger, futuro Papa Benedicto XIV, citó esta obra durante una conferencia que impartió en la Universidad Católica de Milán, en febrero de 1992, afirmando que la obra “da mucho que pensar”.
Era además uno de los libros de cabecera del Papa Francisco. Durante su encuentro con el mundo universitario y de la cultura en su Viaje Apostólico a Budapest (Hungría), en abril de 2023, Francisco explicó que en esta obra “se observa que la complejidad mecánica no es sinónimo de verdadera grandeza y que en la exterioridad más fastuosa se esconde la insidia más sutil”.
Para el Papa argentino, se trata de “un libro profético”: aunque haya sido escrito hace más de un siglo, “se describe un futuro dominado por la técnica y en el que todo, en nombre del progreso, está uniformado; en todas partes se predica un nuevo ‘humanismo’ que suprime las diferencias, anulando la vida de los pueblos y aboliendo las religiones”, dijo en aquella ocasión.
En concreto, remarcó que en la sociedad que se describe en el libro se erradican todas las diferencias, ya que ideologías opuestas convergen en una homologación que coloniza ideológicamente. “Este es el drama de la colonización ideológica; el hombre, en contacto con las máquinas, se achata cada vez más, mientras la vida común se vuelve triste y enrarecida”.
En la novela, destacó Francisco, “todos parecen insensibles y anestesiados, parece obvio descartar a los enfermos y aplicar la eutanasia, así como abolir las lenguas y las culturas nacionales para alcanzar la paz universal”.
Esta idea de paz, sin embargo, “se transforma en una persecución fundada sobre la imposición del consenso, hasta el punto de hacer afirmar a uno de los protagonistas que el mundo parece a merced de una vitalidad perversa, que lo corrompe y lo confunde todo”, comentó Francisco desde la capital húngara.
También, al criticar la colonización ideológica, el Papa Francisco recomendó leer el libro durante la rueda de prensa concedida a los medios en su vuelo de regreso al Vaticano tras su Viaje Apostólico a Manila (Filipinas), en 2015.
También el Cardenal Prevost, antes de ser elegido Papa León XIV, recomendó este libro en una entrevista concedida desde Roma a los agustinos. “Habla de que podría pasar en un mundo si perdemos la fe”, explicó Prevost.
Remarcó que la obra de Benson contiene pasajes que hacen reflexionar “sobre el mundo en el que vivimos”, presentando retos sobre la importancia que supone “continuar viviendo con fe y también con una profunda apreciación de quiénes somos como seres humanos, hermanos y hermanas, entendiendo la relación de nosotros mismos con Dios y del amor de Dios en nuestras vidas”.
Además, el cardenal que el pasado 8 de mayo convirtió en León XIV precisó que sus dos predecesores también habían citado este libro en más de una ocasión.