El 34° Juzgado del Crimen de Santiago (Chile) determinó el sobreseimiento del caso del sacerdote Felipe Berríos por prescripción en la investigación de un hecho de abuso sexual ocurrido en el año 2000, pese a haber acreditado el delito.
Aunque recibió siete denuncias, la sentencia a Berríos —expulsado en 2024 de la Compañía de Jesús— corresponde a una investigación referida exclusivamente al hecho denunciado por una mujer y que sucedió en agosto del 2000, cuando era menor de edad y asistía a un retiro espiritual en el Santuario de Schoenstatt de La Florida.
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El juez Edgardo Gutiérrez Basualto determinó sobreseer total y definitivamente al sacerdote “por haberse extinguido la responsabilidad penal del denunciado Felipe Hernán Berríos del Solar, por prescripción de la acción penal”, es decir, por el tiempo transcurrido desde el delito.
Sin embargo, la pruebas recabadas y el testimonio de la víctima, que fue consistente a través del tiempo, coherente y verosímil, permitieron acreditar los elementos correspondientes a un abuso sexual cometido por el sacerdote el 17 de agosto del año 2000.
La defensa de Berríos ya había pedido su sobreseimiento y cierre de las investigaciones a fines de 2023, pero en abril de 2024 la Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago resolvió no dar lugar al recurso.
En cuanto al proceso canónico en su contra, en mayo de 2024 la provincia chilena de la Compañía de Jesús lo expulsó de la Orden al haber sido hallado “culpable de delitos contra el sexto mandamiento cometidos con menores de edad” y “delitos de solicitación a pecar en contra del sexto mandamiento, durante o con ocasión de la confesión”.
“Luego de un largo proceso canónico, el Padre General de la Compañía de Jesús, tras haber estudiado los antecedentes recopilados, ha decretado la expulsión de Felipe Berríos de la Compañía de Jesús”, señala un comunicado publicado en ese entonces en el sitio web de los jesuitas de Chile.
“Al mismo tiempo y con el mandato del Dicasterio para la Doctrina de la Fe [del Vaticano], le ha prohibido el ejercicio público del sacerdocio y todo contacto pastoral con menores de edad durante un periodo de 10 años”, continúa el documento.