La tarea de este Dicasterio es el crecimiento de un auténtico espíritu ecuménico dentro de la Iglesia católica, y el compromiso con el diálogo ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, para recomponer la unidad entre los cristianos.
Alessandro Di Bussolo – Ciudad del Vaticano
La tarea del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos es el crecimiento, dentro de la Iglesia católica, de un auténtico espíritu ecuménico, y está activo en todos los campos que pueden contribuir a la promoción de la unidad de los cristianos e intenta reforzar los vínculos con todas las demás Iglesias y Comunidades eclesiales. El prefecto es el cardenal Kurt Koch, mientras que el secretario es el arzobispo Flavio Pace. Las relaciones con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales son gestionadas por dos secciones: la sección oriental, para las Iglesias ortodoxas de tradición bizantina y para las Iglesias ortodoxas orientales (copta, siria, armenia, etíope, malankar), así como para la Iglesia Asiria de Oriente. Y la sección occidental, para las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales de Occidente.
Apuntes históricos
El 5 de junio de 1960, el Papa Juan XXIII creó la Secretaría para la promoción de la unidad de los cristianos como una de las comisiones preparatorias del Concilio. Era el inicio del compromiso oficial de la Iglesia católica en el movimiento ecuménico. La Secretaría preparó y presentó al Concilio los documentos sobre el ecumenismo (Unitatis redintegratio), sobre las religiones no cristianas (Nostra ætate), sobre la libertad religiosa (Dignitatis humanae) y, en colaboración con la comisión doctrinal, la Constitución dogmática sobre la divina revelación (Dei Verbum). En 1966, finalizado el Concilio, el Papa Pablo VI confirmó la Secretaría como órgano estable de la Santa Sede. En ese año, la comisión Fe y Constitución del Consejo Ecuménico de las Iglesias y la Secretaría para la Promoción de la Unidad de los Cristianos decidieron, por primera vez, preparar conjuntamente cada año el texto oficial de la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Con la Constitución apostólica Pastor Bonus, en 1988, el Papa Juan Pablo II transformó la Secretaría en Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. En 2022, con la Constitución apostólica Praedicate Evangelium, el Papa Francisco cambió el nombre a Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Competencias
Es tarea del Dicasterio, como se recuerda en la Constitución apostólica Praedicate Evangelium, el compromiso ecuménico, tanto dentro de la Iglesia católica, como en las relaciones con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, para recomponer la unidad entre los cristianos. El Dicasterio aplica las enseñanzas sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II y del Magisterio posconciliar de los Pontífices y se ocupa de su correcta interpretación para orientar, coordinar y desarrollar la actividad ecuménica. Favorece encuentros y eventos, tanto nacionales como internacionales, para promover la unidad de los cristianos. Coordina las iniciativas ecuménicas de las demás instituciones de la Curia Romana, de las Oficinas y de las Instituciones vinculadas con la Santa Sede, y con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales. El Dicasterio se ocupa de las relaciones con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, sometiendo primero las cuestiones al Papa, y promueve el diálogo teológico y las conversaciones para favorecer la unidad.
Es tarea del Dicasterio elegir a los miembros católicos de los diálogos teológicos, a los observadores y delegados para los diversos encuentros ecuménicos, e invitar a los observadores, o “delegados fraternos” de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales a los encuentros y a los eventos más significativos de la Iglesia católica. Del Dicasterio forma parte la Comisión para las relaciones religiosas con el Judaísmo, con la tarea de hacer progresar la relación entre católicos y judíos, que está dirigida por el prefecto.
Caminar juntos en la búsqueda de la verdad
“El diálogo entre los cristianos en los últimos sesenta años ha permitido hacer más progresos que nunca en la historia”, recuerda el cardenal prefecto Koch. Y cita, por ejemplo, “las declaraciones cristológicas con las Iglesias ortodoxas orientales que han puesto fin a mil quinientos años de controversias, o bien la declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación que ha resuelto los problemas fundamentales en la base de la Reforma del siglo XVI. No por último, el hecho de que los cristianos ya no se reconozcan como enemigos, sino como hermanos y hermanas en Cristo”.
El Papa Francisco, al concluir su discurso en la asamblea plenaria del entonces Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en 2022, invitó a “seguir adelante, caminar juntos. Es cierto que el trabajo teológico es muy importante y debemos reflexionar, pero no podemos esperar a hacer el camino de la unidad hasta que los teólogos se pongan de acuerdo”. Una vez, prosiguió, “un gran teólogo ortodoxo me dijo que él sabía cuándo se pondrían de acuerdo los teólogos. ¿Cuándo? El día después del juicio final, me dijo. ¿Pero mientras tanto? Caminar como hermanos, en la oración juntos, en las obras de caridad, en la búsqueda de la verdad. Como hermanos. Y esta fraternidad es para todos nosotros”.