El Papa León XIV: “El perdón no es debilidad, es la fuerza del amor que no se rinde”

En su catequesis de la Audiencia General de este miércoles, el Papa León XIV invitó a los fieles a contemplar uno de los gestos “más impactantes y luminosos del Evangelio”: el momento en que Jesús, durante la Última Cena, ofrece el pan a Judas, el discípulo que estaba a punto de traicionarlo.

 

El amor que no retrocede

Tomando como referencia el Evangelio de san Juan, que narra la Última Cena, el Papa señaló: “El Evangelio nos recuerda que Jesús, sabiendo lo que iba a suceder, no dejó de amar hasta el extremo”. Y añadió: “Amar hasta el extremo: esta es la clave para comprender el corazón de Cristo. Un amor que no se detiene ante el rechazo, la decepción ni la ingratitud”.

No fue un gesto cualquiera. Según explicó el Pontífice, en ese instante se revela el corazón mismo de Cristo: un amor que no retrocede ante el dolor, que no se endurece frente a la traición y que no se cansa de tender la mano. “«A aquel a quien yo le dé este bocado después de mojarlo» (Jn 13,26). Con este gesto sencillo y humilde, Jesús lleva su amor adelante y lo lleva a la plenitud. No porque ignore lo que sucede, sino precisamente porque ve con claridad”, afirmó León XIV.

El Papa destacó que Jesús, en lugar de retirarse o defenderse, eligió seguir amando, mostrando que el verdadero perdón no espera el arrepentimiento, sino que se adelanta como un don gratuito. “Jesús sabe que la libertad de la persona, incluso cuando se pierde en el mal, todavía puede ser alcanzada por la luz de un gesto de dulzura”, añadió.

 

Cuando el amor parece fracasar

El Papa reconoció que Judas no comprendió este ofrecimiento de amor y recordó las palabras del Evangelio: «Después del bocado, Satanás entró en él». Sin embargo, lejos de ser una derrota, se revela la victoria del amor: “Ese bocado es nuestra salvación, porque nos dice que Dios hace absolutamente todo para alcanzarnos, incluso en el momento en que lo rechazamos”, explicó.

En este contexto, León XIV subrayó la fuerza del perdón como signo de esperanza:

“Es aquí donde el perdón se revela con toda su fuerza y manifiesta el rostro concreto de la esperanza. No es olvido ni debilidad. Es la capacidad de dejar al otro libre, amándolo hasta el final. El amor de Jesús no niega la verdad del dolor, pero no permite que el mal tenga la última palabra. Este es el misterio que Cristo realiza por nosotros, en el que también nosotros estamos llamados a participar”.

 

Las noches de nuestra vida

Llevando la reflexión a la vida diaria, León XIV habló con cercanía a quienes sufren heridas de decepción, incomprensión o traición:

“También nosotros conocemos la noche. Y la tentación es cerrarnos, levantar muros, devolver golpe por golpe. Pero el Evangelio nos invita a algo distinto: a no dejar que el resentimiento escriba nuestra historia. Perdonar no significa olvidar lo que ocurrió, sino liberarse del peso que encadena y abrir espacio a la paz”.

 

Una invitación cercana

Finalmente, el Papa invitó a los fieles a pedir la gracia del perdón, incluso en las circunstancias más difíciles:

“Perdonar no significa olvidar el mal, sino impedir que siga generando más mal. Aunque el otro no lo acepte, el perdón libera a quien lo otorga, restaura la paz y nos reconcilia con nosotros mismos”.

León XIV concluyó recordando que el gesto de Jesús, tan sencillo como ofrecer pan, enseña que “cada traición puede convertirse en oportunidad de salvación, si elegimos amar hasta el final”.

 

Related posts

El Papa León XIV convoca este 22 de agosto a un día de oración y ayuno por la paz

Papa León XIV: “El bien no siempre encuentra respuesta positiva, pero con Jesús podemos perseverar”

María, madre de esperanza en nuestro camino de fe