La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) denunció una nueva masacre ocurrida entre el 8 y 9 de septiembre en la localidad de Ntoyo, parroquia San José de Manguredjipa, en la provincia de Kivu del Norte, República Democrática del Congo, donde al menos 64 cristianos fueron asesinados.
El ataque fue atribuido al grupo yihadista Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), originario de Uganda y aliado del Estado Islámico. Según ACN, muchos de los fieles fueron asesinados mientras participaban en un velorio, utilizando armas de fuego y martillos, además de incendiar selectivamente algunas viviendas, lo que indica una estrategia premeditada de terror. Las autoridades locales han iniciado los entierros de las víctimas y reforzado la seguridad en la zona.
“A todas las familias afectadas por esta enésima y horrible carnicería, así como a todos los fieles de la parroquia, expresamos nuestra cercanía espiritual. Que Dios, Maestro de la Vida, nos haga fuertes, por intercesión de la Santísima Virgen María, Consoladora de los afligidos, y nos conduzca más allá del desierto de los sufrimientos presentes hacia una paz duradera”.
ACN recordó que este ataque se suma a una cadena de atrocidades en el este del Congo. El pasado 27 de julio, al menos 40 cristianos, en su mayoría jóvenes, fueron asesinados durante una vigilia de oración en una iglesia de Komanda, Ituri. En febrero, más de 70 cuerpos fueron hallados en una iglesia protestante en Lubero, varios de ellos atados y decapitados.
“La situación en el este del Congo es alarmante”, advirtió ACN. A pesar del estado de sitio en varias provincias y la presencia del ejército congoleño, tropas ugandesas y la misión de la ONU (MONUSCO), los ataques continúan, provocando desplazamientos masivos y una grave crisis humanitaria. La Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) ha denunciado que la población sigue siendo víctima de asesinatos y secuestros, calificando los hechos como “masacres odiosas” perpetradas contra cristianos e inocentes.
La fundación reiteró su compromiso con la Iglesia en la República Democrática del Congo —uno de los países que más ayuda recibe de ACN—, pidió oraciones por las víctimas cristianas, sus familias y toda la comunidad, y urgió a la comunidad internacional a proteger a los civiles, garantizar la libertad religiosa y trabajar por una paz duradera en una región martirizada por más de 120 milicias y grupos violentos que operan con impunidad en Ituri, Kivu del Norte, Kivu del Sur y Tanganyika.