Comunicado del Consejo Interreligioso para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (CISAN) con motivo de la celebración del Día Mundial de la Alimentación.
Lema 2020: CULTIVAR, NUTRIR, PRESERVAR. JUNTOS
Con motivo a celebrarse el próximo 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, el Consejo Interreligioso para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (CISAN), conformado por la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), la Iglesia Episcopal Dominicana (IED) y el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), hace un ferviente llamado a todas las comunidades religiosas, al Estado Dominicano, al empresariado, a los líderes políticos, a la sociedad civil y a todos los dominicanos y dominicanas de buena voluntad, para reconocer y asumir la seguridad alimentaria como un derecho fundamental vinculado al desarrollo humano, tal como lo establece nuestra Constitución Dominicana en sus artículos 54 y 61.
Al inicio de la pandemia del COVID-19 nuestro país registraba una tasa de pobreza extrema oscilante entre el 5% y el 10% de la población, situación alarmantemente agravada por el incremento de la tasa de desempleo, inestabilidad económica para muchas familias dominicanas y crisis sanitaria nacional. Ante esta situación el CISAN considera imperativo continuar la búsqueda de soluciones duraderas a fin de superar la inseguridad alimentaria, sobre todo de la población más vulnerable, que clama por la caridad, solidaridad y justicia. De poco sirven las acciones puntuales y mejoría de los indicadores nacionales de pobreza y malnutrición si no estamos en la disposición de asumir responsablemente el desafío de garantizar el acceso a una alimentación suficiente, nutritiva, balanceada y sana para erradicar la inseguridad alimentaria en esta situación y en el futuro, como se plantea el Objetivo de Desarrollo Sostenible2 – Hambre Cero.
La importancia de avanzar hoy como país para lograr el ODS2 Hambre Cero al 2030 o antes, es más urgente que nunca. En consecuencia, la red constituida por las diferentes instituciones que conforman el CISAN ha hecho el esfuerzo gigantesco para mitigar y ralentizar el impacto del COVID-19 en la población vulnerable a través de la entrega de alimentos con y para el apoyo a los programas de protección social del Estado y la sociedad civil.
APORTES SOLIDARIOS DE LAS IGLESIAS QUE CONFORMAN EL CISAN ANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19
El Consejo Interreligioso de Seguridad Alimentaria y Nutricional movilizó con esfuerzo conjunto un total de 231,152 raciones alimenticias, alcanzando abordar diferentes sectores y provincias a nivel nacional. El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica movilizó 6000 raciones alimenticias y 3750 unidades de harina fortificada para niños y niñas, envejecientes y mujeres embarazadas a través de su red de iglesias, alcanzando 12 provincias a nivel nacional.
Un conjunto de 75 instituciones formó parte de la entrega de estos insumos recibidos por los programas del gobierno y por el Programa Mundial de Alimentos, entre otras donaciones.
La Conferencia del Episcopado Dominicano, a través de la Pastoral Social-Cáritas focalizó sus donaciones en comunidades empobrecidas movilizando 224,052 raciones alimenticias correspondientes a 1 semana de consumo cada una; 4,070 kits de protección e higiene; 25,000 libras de arroz; 9,000 plátanos; 12,500 libras de habichuelas y 1,200 quintales de alimentos distribuidos en las diferentes diócesis a nivel nacional. De igual forma, a través de la Pastoral Penitenciaria, se realizó la entrega de equipos de protección sanitaria e insumos de higiene personal en todas las cárceles del país.
La Iglesia Episcopal Dominicana, a través de su comisión de Pastoral Social, hizo la entrega de kits alimenticios a través de iglesias locales y a comunidades de las regiones norte, este y sur. Se captaron 300 raciones alimenticias a través del Servicio Social de Iglesias Dominicanas y otras 600 raciones alimenticias a través del Programa Mundial de Alimentos. Paralelamente, la Iglesia Episcopal Dominicana apoyó con 200 raciones alimenticias, ropa y artículos del hogar en la provincia de Hato Mayor.
La articulación entre instituciones gubernamentales, el sector privado y la sociedad civil es clave para responder a las necesidades de la población durante las emergencias provocadas por la pandemia del COVID-19. La coordinación de acciones que promuevan huertos orgánicos comunitarios y acciones para propiciar el crecimiento personal y grupal a través de programas de apoyo emocional y psicológico a las familias afectadas, son de primer orden para cultivar el alma y la buena voluntad de los dominicanos para enfrentar la situación actual. Debemos hacer conciencia de que solo con la continuidad de este apoyo y la vigencia de estas acciones es que se puede aliviar la carga de necesidades nutricionales, alimenticias y de salud de las personas más vulnerables del país, especialmente los niños y niñas y envejecientes. Por eso, hacemos un llamado a todas las entidades con capacidad de apoyo y sobre todo, al Estado Dominicano, para incluir la seguridad alimentaria a nivel nacional dentro de la agenda pública como desafío primario a enfrentar y adoptar los principios del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 – Hambre Cero como parte de los fundamentos de acción para dar respuestas a las adversidades actuales, y con este llamado, aprovechamos para felicitar al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, organismo que nos acompaña en la coordinación del CISAN, por haber sido otorgado el Premio Nobel de la Paz dada su loable labor en pro de la erradicación del hambre en el mundo.
El CISAN desea llevar a la conciencia a todas las personas de bien, el ser proactivos escuchando los mandatos de Jesús de Nazaret “Denles de comer” (Lucas 9, 13) y “El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.” (Proverbios 11, 25). En consecuencia, no podemos quedarnos con los brazos cruzados mientras existan hermanos y hermanas que padecen hambre. Cambiemos el presente y el futuro de éstos con nuestras acciones.
Bendiciones en el Señor. Santo Domingo, 16 de octubre 2020.